El encierro, con reses de la ganadería Passanha, ha sido inusualmente largo, después de que la manada haya llegado a la plaza un minuto y 44 segundos después del cohete de salida, pero tres de las reses se han resistido a entrar en toriles y lo han hecho tres minutos después.
Pese a ello, el jefe de Protección Civil, Pedro Martínez, ha calificado al encierro de «muy bueno», y ha puesto en valor que todas las asistencias han sido por abrasaduras y caídas, excepto la de un corredor que presentaba una fuerte contusión en el brazo debido a una caída al final de la calle Postas.
No obstante, todos han sido dados de alta tras recibir atención sanitaria en los puestos instalados a lo largo de los 820 metros de la manga del encierro.
Martínez ha subrayado que el número de participantes ha ascendido hasta los 1.500, una cifra que va subiendo progresivamente según se acerca el fin de semana.
El director del encierro, Eduardo Flores, ha explicado que la manada ha ido «bastante agrupada» en la primera parte del recorrido, hasta la calle Postas, donde dos bueyes se han adelantado notablemente y han dado lugar a las primeras «buenas carreras», donde los participantes y los animales se han entremezclado.
En la calle Real, donde el encierro toma más velocidad, se han registrado las mejores carreras por parte de los participantes más experimentados, porque la manada se ha ido abriendo y separando.
Con todo, la entrada a la plaza ha sido limpia, un minuto y 44 segundos después de la salida, aunque los animales se han retrasado otros tres minutos en acceder a los toriles, especialmente tres toros que han tenido que ser reconducidos por los pastores, sin demasiado éxito en los primeros intentos.
El director del encierro argumenta que este episodio se ha producido porque había cuatro bueyes nuevos que se han resistido a coger la puerta, aunque finalmente lo han hecho pasado un minuto y medio.
La expectación ha crecido cuando otros tres toros se desviaban y se quedaban solos en el foso durante otro largo minuto, en el que los pastores y profesionales de la plaza han tratado de citarles, mientras pedían al público que no les llamaran «para que no se calentaran y embistieran a las tablas».
El encierro de mañana, el cuarto de las fiestas, contará con cuatro bueyes nuevos, lo que puede dar lugar a carreras «muy rápidas», porque los animales no estarán cansados y harán el recorrido con mayor agilidad, según sostiene el director de estos festejos.
Estrella Digital