Las siglas corresponden al denominado Futuro Sistema de Combate Aéreo (NGWS, por sus siglas en inglés), en el que participan Alemania y Francia, y al que España se incorporó el pasado mes de junio.
Dicho proyecto está destinado particularmente a la construcción de demostradores y tiene como socias prioritarias a las industriales Airbus y Dassault, que se encargarán de diseñar el concepto de un nuevo modelo de caza con el que se pretende sustituir a los modelos Eurofighter y Rafale.
La referencia del Consejo de Ministros de este viernes recuerda que el programa es consecuencia de la firma por parte de los tres países de un «acuerdo marco» del NGWS, el cual incorpora los principios del proyecto y el esquema de gobernanza.
Para ello, el Gobierno ha concedido una partida estimada de 110 millones de euros comprendidos entre 2019 y 2022.
Con este capital se iniciará la primera fase del programa, que por el momento solo incluye los estudios iniciales del concepto y la arquitectura de los aviones.
En una etapa posterior, que culminaría en 2030, se comenzará con el desarrollo de productos específicos para el caza.
Asimismo, ha aprobado la modificación del número de anualidades para que Defensa extienda su permanencia en el programa NILO de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), un proyecto internacional dedicado al desarrollo y mantenimiento del software Link 22 como protocolo de comunicaciones tácticas.
En él participan además Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia y Reino Unido, y con una concesión de 3 millones de euros el Gobierno permite su extensión hasta el 1 de enero de 2030.
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