En una entrevista en Telecinco, Cifuentes ha sostenido que en su «linchamiento» se produjo una «tormenta perfecta» en la confluyeron diferentes intereses de distintas personas que la veían como la causa de sus problemas y decidieron «quitarla de enmedio», entre ellas empresarios que «no vieron cubiertas sus expectativas económicas» y políticos del PP a los que «les vino de miedo» su dimisión en un momento en el que algunos en su partido la veían como la sucesora de Mariano Rajoy.
«Hubo también un componente de venganza en personas que me la tenían jurada desde que empecé a levantar alfombras», ha denunciado la que fuera presidenta madrileña desde 2015 a 2018, que ha recordado además que a la oposición también le «venía muy bien» desgastarla.
Tras defender que no tiene «nada que ocultar» y que su imputación en el caso Púnica le «sorprendió bastante» y fue un «mazazo» personal porque ella no tiene «nada que ver» en ese asunto, ha insistido en que la adjudicación de la cafetería de la Asamblea por la que está siendo investigada se hizo «atendiendo al cien por cien los requisitos técnicos».
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