En una entrevista, Garrido indica que «si hay un giro claro en estas elecciones es el de Pablo Casado», que ha optado por no estar tan a la derecha como estuvo en su día.
En cualquier caso, se alegra de que «rectifiquen y giren» y celebra la «moderación» del PP.
La decisión del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, de levantar el veto al PSOE y abrirse a pactar con Pedro Sánchez le parece de «puro sentido común» cuando el país está bloqueado e inmerso en otras elecciones, «algo que resulta absolutamente cansino y deplorable para los ciudadanos».
Desde la formación naranja, explica, Albert Rivera intentó desbloquear la posibilidad de un Gobierno para evitar que se repitieran elecciones planteando una abstención con condiciones, pero el PSOE quería unos nuevos comicios «por pura táctica electoral» porque creía que podía aumentar su número de diputados.
Ahora, remarca, tanto si gana las elecciones generales del 10 de noviembre como si está en la oposición, Rivera propone «un gran pacto» con un decálogo de reformas, con las que «el 99 por ciento de los españoles estaría de acuerdo».
Todo el mundo coincide en que debe haber «un gran pacto por la sanidad, por la educación y por España», al tiempo que hay que poner freno al independentismo en Cataluña.
«Tenemos que hacer esta precampaña y campaña explicando a los españoles que no estamos para hacer politiqueo, sino para ser útiles y ofrecer soluciones de verdad», afirma.
Desde su punto de vista, Albert Rivera ha ofrecido un compromiso para «desbloquear» España y ha propuesto un gran acuerdo, mientras que los demás hablan de «política con minúscula».
Garrido se muestra «cómodo, encantado y feliz» como consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras del Gobierno de coalición del PP y Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, que supone esa nueva forma de entender la política basada en el acuerdo y el consenso.
«Esperaba ser el diputado número 13 de Ciudadanos, pero (Ignacio Aguado y Albert Rivera) han querido contar conmigo para estar en un puesto de responsabilidad, como es la Consejería de Transportes. No esperaba tanto», asegura.
El Ejecutivo madrileño, apunta, «trabaja al unísono» en el acuerdo de 155 puntos para gobernar en la región, pero está conformado por políticos de dos partidos, que «tienen sus diferencias ideológicas y que tienen sus matices, que, a veces, se pueden percibir como desacuerdos, pero que no lo son».
Más allá del pacto de Gobierno, reconoce que cada uno tiene «su propia personalidad política, no solo los partidos, sino también las personas que los integran».
Al ser preguntado si cree que las elecciones generales pueden afectar a los socios de la coalición, «competidores en el escenario político», Garrido admite que «los periodos electorales siempre son convulsos para todos», pero van a procurar que este proceso repercuta «lo menos posible» en el Gobierno de la Comunidad de Madrid.
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