1. APROVECHAR LA FRAGMENTACIÓN DEL INDEPENDENTISMO
El debut de la CUP en unas elecciones generales fragmenta el voto independentista y puede restar apoyos a ERC, que en abril se hizo con la victoria en Cataluña por algo más de 50.000 votos. Esto hace que los socialistas, que fueron segundos, vean a su alcance el cajón más alto del podio.
Sin embargo, las expectativas que tenían antes de la publicación de la sentencia no se ven correspondidas por las encuestas publicadas tras el fallo del Tribunal Supremo, que les mantienen en la segunda plaza.
La última vez que el PSC ganó unas elecciones generales en Cataluña fue hace más de diez años, en 2008, cuando Carme Chacón rompió el techo con 25 escaños que fueron claves para que José Luis Rodríguez Zapatero siguiera en la Moncloa.
2. RENTABILIZAR LOS GALONES DE SUS CANDIDATOS
Meritxell Batet y Manuel Cruz repiten como candidatos a ambas cámaras legislativas, y lo hacen con un plus que aún no tenían en la cita con las urnas del 28 de abril: ambos presiden desde hace medio año el Congreso y el Senado, respectivamente.
Los socialistas catalanes destacan que esto les aporta un triple beneficio: sus cabeza de lista son más populares, proyectan una imagen institucional en un momento en que la política está llena de salidas de tono y, además, su designación les sirve para afirmar que Pedro Sánchez apuesta por Cataluña.
Para apuntalar este último aspecto, Sánchez cerrará su campaña en Barcelona, una decisión inédita en un presidenciable del PSOE que se explica por una frase que suelen repetir los dirigentes del PSC: «Solo ha habido presidentes socialistas cuando el PSC ha ganado en Cataluña».
3. VOTO «TRIPLEMENTE» ÚTIL
Las apelaciones al voto útil serán de nuevo el leitmotiv de la campaña, e incluso se multiplicarán. Y es que, en opinión del PSC, hay más motivos que nunca para «concentrar los apoyos» en los socialistas.
Destacan tres razones: para conjurar el «riesgo de que la triple derecha sume» -en alusión a PP, Cs y Vox-, para evitar que Unidas Podemos pueda imponer un «bloqueo» y, finalmente, para no depender del aval de grupos independentistas como ERC o JxCat.
4. LA SENTENCIA, UN ARMA DE DOBLE FILO
Los socialistas consideran que la publicación de la sentencia del ‘procés’ y los altercados sucedidos en protestas de los CDR ratifican su apuesta por el diálogo dentro de la ley como única vía para resolver el conflicto catalán y garantizar la convivencia.
Sin embargo, las experiencias pasadas demuestran que cuando el clima se hace más tenso -por ejemplo, en 2017- quienes salen favorecidos son quienes defienden posturas más polarizadas, y no quienes se inclinan por los grises.
Así, la gestión de la postsentencia puede erosionar al PSC, ya que sus votantes más catalanistas pueden sentirse incómodos por la negativa de Sánchez a hablar con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y los partidarios de más contundencia contra el independentismo pueden considerar que no se han aplicado todas las medidas necesarias para frenar los disturbios.
5. ICETA LIDERA (ESPERANDO A BATET)
Los socialistas se han visto obligados a efectuar cambios de última hora en sus planes de campaña después de que a Batet le prescribieran «reposo» tras sufrir vértigos. Su idea es que se vaya incorporando progresivamente a los actos públicos, a medida que su salud lo permita.
Con la candidata inicialmente fuera de juego, el gran protagonista en este arranque es el líder del PSC, Miquel Iceta, que ya hizo de telonero de Pedro Sánchez en vísperas del inicio de campaña y ha ofrecido entrevistas a varios medios.
También se prevé que en esta convocatoria gane relevancia el candidato al Senado y presidente de la Cámara Alta, Manuel Cruz, que se prodigará mucho más por los escenarios que en la campaña del 28A.
Estrella Digital