«No puedes optar a no venir», ha justificado Lamela, en declaraciones, esta peculiar forma de contestar a lo que ha considerado un atentado contra su derecho de aceptar o rechazar la función que tenía asignada.
Ha añadido que él forma parte de una ideología «que no concuerda con lo que son modelos autoritarios: creo que la democracia debe ser asamblearia y del pueblo, y cuando eliges cada cuatro años nadie decide nada», ha argumentado.
«Soy trabajador del campo, jornalero, sé lo que es coger el pico y la pala, cosa que todos los políticos no lo saben. No tenía nada para eximirme y da igual lo que alegues porque no te van a dejar», ha insistido.
Lamela ha defendido la posibilidad de que los ciudadanos puedan decidir «sin intermediarios» y explicado cómo los votantes que se han acercado a su mesa han reaccionado de diversas maneras.
«Ha habido algunas risas y tal, pero se trata de llamar la atención para denunciar el hecho de que te obliguen a venir aquí», ha recalcado.
A su juicio, el hecho de que sea obligatorio acudir a los requerimientos de la junta electoral para componer una mesa, pone en entredicho que sea una democracia.
La decisión del disfraz la tomó tras recibir la notificación de que había sido designado, en el sorteo, para ser el presidente de la mesa electoral.
Es la primera vez que el sorteo le designa para componer una mesa electoral que, en el caso de ciudad de Osma, tiene más de 800 electores.
«Sé que ha habido gente que en otras ocasiones han ido en camiseta reivindicando y creo que alguno acabó en el calabozo. Como los mensajes te pueden llevar al calabozo, se me ocurrió ir disfrazado para llamar la atención», ha concluido.