Si los populares comparten la idea de dejar a Vox fuera de la Mesa, la opción es factible.
Si no es el caso, como fuentes del PP consultadas creen que sucederá, pues recuerdan que es la tercera fuerza de la Cámara, todo dependerá de un hipotético pacto con el partido de Santiago Abascal. Vox, entonces, podría garantizarse al menos un puesto.
Pase lo que pase en el espectro político de la derecha, el PSOE y Unidas Podemos necesitarán el concurso de prácticamente todas las demás formaciones del ámbito independentista, nacionalista y regionalista.
Las explicaciones a tan alambicadas combinaciones tienen que ver con la particular forma de designación de los nueve integrantes de la Mesa: en urna y con papeleta sin identificar.
La composición se conocerá el 3 de diciembre, el día en que se constituyen las Cortes, por lo que hasta entonces los partidos disponen de margen para negociar.
El reglamento del Congreso define el procedimiento, que consta de tres o cuatro votaciones:
La primera es para elegir por mayoría absoluta al diputado que ejercerá la Presidencia del Congreso; si nadie logra esa mayoría, 176 papeletas, se enfrentarán en segunda votación los dos aspirantes más respaldados, y entonces bastará una mayoría simple.
Lo más probable es que el puesto sea del PSOE.
Las dos votaciones restantes determinarán el orden de las cuatro vicepresidencias y el de otras tantas secretarías. Las ocuparán los parlamentarios que reciban los cuatro resultados más altos.
Para apartar a Vox de la Mesa, por tanto, los partidos que secunden la idea tienen que superar dos números: o el de papeletas que esta formación se ha asegurado al obtener 52 escaños, o el que salga de las distintas combinaciones con el PP y quizá con Cs y con Navarra Suma.
Éste es un escenario probable, reconocen fuentes parlamentarias consultadas: PP, Vox, Cs y Navarra Suma se ponen de acuerdo para repartirse cargos de la Mesa, descontada la Presidencia.
De cómo se intercambien los votos de sus 153 diputados en total dependerán los puestos que logren, partiendo de la base de que es imposible que acaparen las cuatro vicepresidencias y las cuatro secretarías.
En un escenario así, el PSOE y Unidas Podemos intentarían atraer a Más País y a las demás formaciones: ERC, JxCat, PNV, Bildu, Coalición Canaria, Nueva Canarias, BNG, PRC y Teruel Existe.
Dejando fuera del tablero a la CUP, con la que los socialistas, a priori, no pretenden dialogar ni para la investidura de Pedro Sánchez, la suma de diputados por este lado ascendería a 195.
También aquí se hace imposible retener las cuatro vicepresidencias y las cuatro secretarías, por lo que los partidos de este bloque deberán hilar muy fino para optar a las vicepresidencias y a las secretarías más importantes.
Otro escenario: PP y Vox no se ponen de acuerdo para negociar la Mesa y van por libre.
Si ocurre, los populares se asegurarían una vicepresidencia y una secretaría gracias a sus 89 diputados, pero corren el riesgo de quedarse solos en una Mesa de parlamentarios socialistas, de Unidas Podemos y de otras formaciones, siempre y cuando estos últimos actúen coordinados.
Coordinación que buscaría quedar por encima de los 52 votos de Vox, así que los de Abascal, en un escenario como éste, sí podrían quedar fuera.
Por tanto, si Vox quiere estar en la Mesa necesita al PP, y si el PP quiere equilibrar la correlación de fuerzas en la Mesa, necesita a Vox. Y a Cs.
El desenlace, en próximas fechas.