Sánchez, en esa carta a los militantes socialistas y que ha publicado en su cuenta de Twitter, les pide, en su condición de secretario general del partido, que apoyen en la consulta que ha convocado el PSOE entre su militancia para el 23 de noviembre ese preacuerdo con Unidas Podemos.
Sánchez afirma que se ha tomado «el único camino real para evitar el bloqueo» y ha señalado que ese pacto con el partido de Pablo Iglesias «ha sido posible cuando una y otra parte nos hemos convencido plenamente».
«Ahora, ambos tenemos las garantías que necesitábamos», dice Sánchez, que señala que para Unidas Podemos «era crucial participar en el Consejo de Ministros» y «para el PSOE era condición indispensable garantizar un único gobierno cohesionado, basado en la lealtad y la solidaridad gubernamental», especialmente en «los asuntos económicos y territoriales capitales», cuestiones que considera recogidas en el preacuerdo.
Según Sánchez, un gobierno de PSOE y Unidas Podemos es «el que puede dar mejores respuestas a los problemas nacionales» y «el único capaz de romper el ciclo interminable de elecciones y bloqueos sucesivos que arrastramos desde hace cuatro años».
Para Sánchez, no basta con superar la investidura, sino que es necesario «ensanchar las bases del acuerdo para contar con una mayoría sólida a lo largo de toda la legislatura».
Añade que ahora va a apelar al resto de fuerzas parlamentarias, especialmente a aquellas que «comparten los valores de progreso», para que contribuyan a «buscar soluciones donde otros se empeñan en poner obstáculos».
El presidente del Gobierno en funciones, que dice que no va a aceptar que «el discurso del odio y la intolerancia avance» en España, afirma también en su carta que «la ultraderecha ha contaminado a buena parte de las fuerzas conservadoras con sus postulados extremistas y sus métodos de falsedad, insulto e intimidación».
Por eso, considera que el PSOE es «la esperanza progresista para millones de personas que contemplan con preocupación el auge de una ultraderecha, fortalecida por unas derechas que se acobardan ante sus mensajes de odio y que se abrazaron a ella en gobiernos autonómicos y municipales cada vez más retrógrados».