En declaraciones al entregar las credenciales en el Congreso como diputado electo, ha asegurado que no ha cambiado de postura, sino que es Sánchez quien ha «quemado las naves» y que no se puede exigir responsabilidad al PP para que facilite la configuración de un Gobierno que evite una nueva convocatoria electoral.
Casado ha puntualizado que al PP no se le pide su abstención, ni siquiera «técnica o táctica» como al PSOE en 2016, sino que lo que se le reclama para facilitar la investidura son «56 síes», los que le harían falta a Sánchez para poder ser presidente si no consigue un acuerdo con Unidas Podemos y otros partidos.
Y esto dejaría al país «sin alternativa», al igual que una gran coalición entre lo dos partidos que supondría meter al PP «en el barco del PSOE» solo para «alargar la agonía un año más» porque Casado se ha mostrado convencido de que el Gobierno que se configure con estas premisas «fallará».
Para Casado no existe «ningún tipo de salvaguarda» posible que garantice al PP que Sánchez no les va a traicionar al día siguiente, si consiente en establecer una gran coalición, y ha recriminado el «cordón sanitario» que los socialistas han establecido con su partido desde 2003, con el Pacto del Tinell.
El presidente del PP ha advertido de que el Gobierno no puede hacer «ni una cesión más» a los nacionalistas catalanes ni a los vascos, porque el Estado se convertiría en «fallido» si se sigue «desmembrando» y ha reprochado al PSOE que negocie los presupuestos de Navarra con Bildu.
«No es lo mismo ser el partido de los terroristas que de las víctimas», ha dicho en este sentido, tras reprochar que Sánchez «intenta poner el foco en el partido de Ortega Lara, mientras negocia los presupuestos en Navarra con el partido de sus carceleros, ¡hasta ahí podíamos llegar!».