En declaraciones a los medios, ha destacado su satisfacción por una sentencia que da la razón al obispado de Barbastro-Monzón en su reclamación de los bienes al de Lérida, en la que el Gobierno de Aragón ha podido colaborar con sus letrados, que seguirán cooperando con los abogados del obispado oscense, y de hecho hoy mismo se reunirán para hacer una valoración técnica del fallo.
Así, el presidente ha manifestado la disposición del Gobierno de Aragón para ayudar con medios institucionales y jurídicos al obispado de Barbastro-Monzón, con el que confía en coincidir en pedir la ejecución provisional de la sentencia si la parte catalana la recurre para «no dejar ningún tipo de resquicio a que se demore» la devolución de los bienes al Museo de Barbastro, que se tiene que producir «de manera inmediata».
Para Lambán, existe una especie de «justicia poética», porque esta sentencia coincide justo con el segundo aniversario de la llegada de los bienes de Sijena procedentes del Museo de Lérida tras un proceso convulso que requirió el traslado en camión con la ayuda de las fuerzas de seguridad y en el que el Gobierno de Aragón demostró su «determinación» para el retorno de todos los bienes injustamente fuera de la comunidad.
El presidente de Aragón ha comentado que ha felicitado al Obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Javier Pérez Pueyo, por esta victoria con la que Aragón se puede sentir «satisfecha» como comunidad, ya que «el estado de derecho, la razón y el sentido común se ponen de su parte».
«Parecería que el viejo Reino de Aragón no deja de dar lecciones de sensatez a sus hermanos del viejo condado» y en eso, ha adelantado, Aragón no va a dejar de persistir, ya que está pendiente la sentencia definitiva para la devolución de las pinturas murales de Sijena, que «es algo que tarde o temprano ocurrirá».
Lambán ha rechazado prejuzgar si en el caso de los bienes de las parroquias se reproducirá el polémico proceso de devolución de los bienes de Sijena y ha subrayado que confía en la justicia y espera por tanto que el asunto se resuelva sin tener que recurrir a los mismos extremos que entonces.
«Desde luego, nosotros exigimos que se cumpla de manera inmediata» y por una vez lo razonable, a su juicio, es que la política catalana no se «inmiscuyera» y no ayude al incumplimiento de la sentencia, ha concluido.
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