Fuentes de distintos grupos parlamentarios han informado que este diseño provisional para la colocación de los diputados de la XIV legislatura está a la espera del visto bueno de la Mesa de la Cámara.
Puede haber retoques aún, pero serán pocos, puntualizan las fuentes.
El «ok» definitivo podría darse mañana durante la reunión que ha programado el órgano de gobierno del Congreso. Dependerá de una decisión que compete a la presidenta, Meritxell Batet: la fecha de la investidura.
Si se fija «in extremis» antes de fin de año (primer día del debate el 27, votación inicial el 28 y previsible nueva votación el 30), la Mesa tendría que aprobar la ubicación de los grupos y de los diputados.
Independientemente de las casillas del calendario que ocupen esas fechas, la fuerza mayoritaria, el PSOE, ha decidido perfilar el reparto de los escaños, para lo que ha hablado con todas las demás formaciones, apuntan las fuentes consultadas.
Por regla general, el dibujo procede de un acuerdo de los distintos partidos con representación parlamentaria, pero si éste no se ha logrado, la mayoría de la Mesa impone su criterio.
Según señalan las fuentes, el PSOE y el PP, los dos principales grupos, han analizado el diseño, y salvo novedades de última hora, estarán de acuerdo. En Unidas Podemos, con tres representantes en la Mesa, garantía de mayoría para los socialistas en caso de coincidencia, no se ponen objeciones.
Ese dibujo ubica al PSOE en su zona tradicional, a la izquierda del emplazamiento de la Mesa y de la tribuna de oradores, y a su lado, a Unidas Podemos. Ambos grupos, 155 diputados entre los dos, coparían ese «quesito» de escaños.
En el «quesito» central, de izquierda a derecha, aparecerían los diputados de Bildu, del PNV, de ERC, y ya en las filas de más arriba, los del nuevo grupo Plural -que ratificará mañana la Mesa- y los del Mixto.
El interés se orientará hacia el «quesito» de la derecha, la bancada habitual del PP. Su mayor presencia gracias a la repetición electoral del 10N, hasta 88 escaños, no impedirá la convivencia en este sector con Vox y con Cs.
Sin embargo, no será el líder de la formación naranja, por ahora Inés Arrimadas, el que figure en la misma fila que Pablo Casado, a quien se reserva el escaño de privilegio por ser el líder del partido más numeroso dentro de este sector.
Conforme al diseño actual, Santiago Abascal se sentará en el mismo asiento que ocupó Albert Rivera en la legislatura pasada, indican las distintas fuentes consultadas. Misma fila que Casado, pero extremo opuesto.
Los demás 51 diputados de Vox se ramificarán por las filas de arriba, e incluso se instalarán en escaños del «quesito» contiguo, el del centro.
Como una isla entre ellos, siempre según el dibujo actual, estarán los 10 parlamentarios de Cs, con Arrimadas junto al pasillo de salida para acceder a la tribuna.
No obstante, el punto que dará lugar al cierre de este diseño será la constitución de los grupos parlamentarios.
La Mesa ha avalado ya ocho, y la semana pasada alargó siete días el plazo para que los partidos minoritarios y los 21 diputados que los representan pudieran dividirse y evitar un Grupo Mixto gigantesco.
Dos propuestas frustradas después, la del grupo España Plural y la del Grupo Múltiple, en ambos casos por incumplir requisitos del reglamento, 16 de esos 21 parlamentarios registraron el jueves un nuevo modelo.
Si la Mesa da mañana su aval, lo que se vislumbra con seguridad, diputados de JxCat (8), Más País (2), Compromís (1), Coalición Canaria (1), Nueva Canarias (1), Teruel Existe (1), BNG (1) y PRC (1) se unirán en el nuevo grupo Plural.
Posteriormente, cuatro o cinco de estos diputados se irán al Mixto, en el que esperarán la CUP, Foro Asturias y UPN.
Por tanto, se prevén diez grupos parlamentarios para la nueva legislatura, lo que augura debates largos y comisiones duraderas, una vez se formen.
Como tendrá que formarse la Diputación Permanente, el órgano que gobierna el Congreso cuando el periodo es inhábil a efectos parlamentarios. Es el caso del mes de enero.
Sin embargo, este punto, como los antes citados, se encuentra condicionado por la fecha de la sesión de investidura, un enigma que puede resolverse mañana.
Para convocar dicho debate, la presidenta del Congreso puede disponer únicamente de un día de antelación, pero fuentes próximas han descartado que apure tanto el margen si finalmente la investidura comienza el 27.
En el Congreso, la prioridad absoluta es justo ésa: saber cuando empezará el debate que permita investir, o no, a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.
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