Ambos partidos han confirmado dicha reunión entre los equipos negociadores, y que según los republicanos ha sido de «contacto y sin novedades relevantes».
Esta ha sido entonces la cuarta reunión desde que ambos iniciaron un proceso de diálogo encaminado a conseguir la abstención de ERC, aspecto esencial para que la investidura de Sánchez sea viable tal y como está la aritmética parlamentaria en el Congreso que salió de las elecciones del 10 de noviembre.
Pero las negociaciones están pendientes del informe que presente la Abogacía del Estado sobre la situación judicial del líder de ERC, Oriol Junqueras, después de que la justicia europea dictaminase que gozaba de inmunidad tras ser elegido eurodiputado.
La portavoz del Gobierno, Isabel Celáa, ha recordado que la Abogacía del Estado tiene de plazo hasta el 2 de enero para presentar ese escrito, en el que los republicanos reclaman un «gesto» con Junqueras para facilitar la investidura.
Celaá ha expresado su esperanza de que el próximo lunes puedan estar listas esas alegaciones, de modo que todavía daría tiempo para que la votación de investidura se celebrara antes del 6 de enero, aunque, eso sí, ha preferido no adelantar una fecha concreta.
«Sí, les digo que este Gobierno quiere que sea cuanto antes», ha recalcado la ministra, que ha defendido que la Abogacía pueda tomarse el tiempo que considere oportuno para emitir su informe.
Un elemento que podría influir también en la fecha de la investidura es la posibilidad de que la Junta Electoral Central analice el próximo viernes 3 de enero el expediente para aplicar la pena de inhabilitación al presidente de la Generalitat, Quim Torra.
Más allá de esa decisión de la JEC y de la negociación con ERC, Celaá ha lamentado que la falta de un Gobierno con plenas facultades haya impedido aprobar en el último Consejo de Ministros del año la revalorización de las pensiones comprometida por Sánchez, así como la subida del salario mínimo -aún no decidida-, y que han quedado aparcadas hasta que se constituya el nuevo Ejecutivo.
Desde el propio PSOE, el alcalde de Valladolid y portavoz de la Ejecutiva, Óscar Puente, ha calificado de «tremendamente complicado» el escenario para la conformación del Gobierno.
«Con estos bueyes tenemos que arar», ha admitido Puente, que asegura que este es el escenario con el que tiene que «lidiar» su partido para evitar unas terceras elecciones que estarían totalmente «fuera de lugar».
El también socialista y presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha repetido este viernes que sigue habiendo «opciones» para que el independentismo «sea irrelevante en España» y, si no se hace, ha dicho, es porque «importa bastante más el futuro electoral de algunos que el futuro del país».
En su balance del año en Extremadura, Fernández Vara ha pedido que «alguien dé un paso» y facilite la formación de gobierno para que a partir del día siguiente cada cual busque las mayorías «intentando sacar adelante presupuestos y leyes».
A falta de que se concrete la fecha de investidura, el presidente del PP, Pablo Casado, ha acusado al jefe del Gobierno de «intentar comprar su investidura con delincuentes» y «negociar lo que es totalmente inaceptable».
El líder del PP ha asegurado que Sánchez actúa como «salvavidas» del independentismo, que le está «haciendo el boca a boca» y que, si no fuese por él y porque «les necesita», «el independentismo se estaría diluyendo» y España se libraría de esos «nubarrones».
Ha lamentado además que el presidente del Gobierno en funciones haya decidido no comparecer tras el último Consejo de Ministros del año, una decisión que, a su juicio, evidencia que «tiene mucho que ocultar» porque no quiere aceptar que el independentismo «le está echando un pulso».
Muy crítica ha estado también la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que considera «una alta traición» a la Constitución la formación de un Gobierno del PSOE y Unidas Podemos con el apoyo de los independentistas.
En Ciudadanos, Inés Arrimadas ha emplazado a los barones del PSOE para que frenen la «locura» y la «deriva» de los pactos para llegar a la Moncloa de Pedro Sánchez.
Arrimadas ha alertado de que el PSOE «no puede esconder la cabeza mientras su candidato está vendiendo España a trozos», por lo que espera «una reacción patriótica» de los barones socialistas.
También, uno de los teóricos socios del PSOE, el diputado del Partido Regionalista de Cantabria, José María Mazón, ha señalado que el PSOE «está cumpliendo razonablemente bien» el acuerdo firmado para que su partido apoye la investidura, aunque ha vuelto a condicionarlo al resultado de la negociación con ERC.
Según ha dicho Mazón, desde el PSOE le han garantizado que pueden «estar tranquilos» porque no va a haber ninguna concesión que vaya contra la Constitución ni contra la igualdad de los españoles.
«Queremos que haya gobierno y vamos a apostar por que haya gobierno, pero no a cualquier precio», ha avisado.
Estrella Digital