Como ya hiciera en su declaración como testigo en el Tribunal Supremo, Trapero ha dado cuenta hoy ante la Audiencia Nacional de esa reunión que el 28 de septiembre de 2017 mantuvo la cúpula de la policía catalana con Puigdemont para advertirle de los riesgos que el 1-O podría acarrear para el orden público en Cataluña.
En esa reunión, ha explicado Trapero, la cúpula de los Mossos advirtió al Govern de que «no se equivocaran», de que la policía catalana no iba a «secundar ninguna ruptura de la legalidad ni de la Constitución», al tiempo que le expresaba su «preocupación» por los daños que podía sufrir la imagen del cuerpo.
«Y él nos dice que más importante que la imagen de los Mossos era la imagen del Govern», ha añadido Trapero, que ha subrayado que en esa reunión también se reprochó al ex jefe del ejecutivo catalán las «exposiciones públicas de algunos consellers sobre el papel» de la policía catalana.
El fiscal Miguel Ángel Carballo ha sometido esta tarde a Trapero a un duro interrogatorio que ha puesto en aprietos al mayor al pedirle cuentas sobre el dispositivo que los Mossos d’Esquadra diseñaron para impedir el 1-O y a los motivos por los que permitieron la ocupación de numerosas de las escuelas que iban a acoger las urnas del referéndum durante todo ese fin de semana.
«No entendimos que eran actividades preparatorias del referéndum», ha contestado el exjefe de los Mossos d’Esquadra mientras el fiscal ironizaba sobre las «butifarradas» programadas para el fin de semana en los centros educativos y sobre si la policía catalana pensó que las actividades en las escuelas se debían a «casualidades».
Trapero ha argumentado que los Mossos entendieron que la orden judicial de precintar las escuelas no «facultaba» a la policía catalana a desalojar los centros antes del día 1 y se ha escudado en lo «difícil» que resultaba «distinguir» entre las actividades educativas y lúdicas que «obedecen a la actividad normal del centro» y las relacionadas con el 1-O.
«Lo que hicimos fue lo que entendíamos que nos ordenaba aquella orden judicial; no sé si equivocadamente o no, pero voluntariamente equivocadamente no», ha insistido Trapero, que ha recordado que otros cuerpos policiales tenían «exactamente» la misma orden judicial.
Además, se ha justificado, ni la Fiscalía ni «mucho menos» el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña les envió indicación alguna sobre ese asunto y tampoco lo hizo Diego Pérez de los Cobos, exalto cargo del Ministerio de Interior al que se encargó la dirección de los dispositivos para impedir el 1-O: «en ese momento ya hay un coordinador policial, para lo bueno y para lo malo», ha aducido.
El procesado ha defendido los binomios de agentes enviados a la mayoría de escuelas para impedir el referéndum – «hicimos lo que se nos ordenó, si lo interpretamos mal no sé», ha dicho- y ha sugerido que cuando se planificó, era «difícil de entender y sobre todo de prever» la resistencia que opondrían los votantes del 1-O.
En ese sentido, ha sostenido que en «otros muchos momentos» un solo policía habría bastado para cerrar un centro de votación, pero una de las cosas que «sorprendieron» a los Mossos d’Esquadra fue «como llegó a hacerse esa defensa de la urnas, negarse a las instrucciones que te da un agente de la autoridad».
«Ver cómo la gente defendía las urnas de esa manera era poco imaginable, era que les iba la vida, estamos hablando de una actitud difícil de entender y sobre todo de prever», ha resaltado el mayor, tras insistir en que nadie pensaba que la resistencia de los votantes iba a tener un «carácter tan generalizado».
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