En los últimos años la Administración Local ha asumido un mayor compromiso en la financiación de las bibliotecas públicas, hasta representar ocho de cada diez euros, a la vez que se ha reducido el apoyo de la Administración General del Estado y de las Comunidades Autónomas. Esta es una de las consideraciones del estudio “Las bibliotecas públicas en España: diagnóstico tras la crisis económica», lo que ha llevado a sus autores a concluir que “las bibliotecas públicas son cada vez más locales”. El informe, elaborado por la Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía y Documentación (FESABID), ha sido presentado hoy en la FEMP.
Carlos Daniel Casares, Secretario General de la FEMP, ha resaltado en su intervención el compromiso y la decidida apuesta de los Gobierno Locales por el mantenimiento de las bibliotecas públicas en los años de la crisis, siendo la Administración Pública que más recursos destinó a su financiación, “ocho de cada diez euros”. “Los Ayuntamientos son una pieza clave del estado de bienestar del país y eso se hace evidente en el ámbito cultural donde no hemos dejado de prestar servicios a los vecinos que no ofrecen otras Administraciones”, señaló.
Casares, que recordó que el 97% de las bibliotecas son de titularidad local, reivindicó el valor social de estos centros culturales, especialmente en el mundo rural “donde son baluartes frente al despoblamiento” y pidió un pacto entre todas las Administraciones para “garantizar el su fortalecimiento».
Por su parte, Alicia Sellés, Presidenta de FESABID, señaló que «los Gobiernos Locales son nuestros interlocutores, nuestros cómplices y son esenciales para conseguir mirar a las bibliotecas como espacios de comunidad y conocimiento, por ello queremos fortalecer ese papel mediante una ley en la materia que permita que cualquier ciudadano pueda acceder a las bibliotecas públicas, vivan donde vivan».
Con el objetivo de conocer la situación de las bibliotecas públicas españolas y su evolución, FESABID ha analizado los datos estadísticos del periodo comprendido entre 2010 y 2016, los últimos disponibles. En 2016 se contabilizan 4.633 puntos de servicio de biblioteca pública en España, lo que supone un descenso de 251 con respecto a los registrados en 2010 (5,1%). Los 463,2 millones de euros que sumaron los gastos de las bibliotecas públicas en 2016 fueron financiados en un 78,3% por la Administración Local, mientras que las Comunidades Autónomas aportaron el 20,8% y el 0,9% restantes correspondió a la Administración General del Estado, entidades privadas y otros.
Estos datos han llevado a los autores del trabajo a establecer como primera conclusión que la crisis económica propició un estancamiento en la evolución positiva de las bibliotecas públicas españolas, “poniendo en riesgo la adaptación de los servicios a las necesidades de los ciudadanos”.
Según el estudio de FESABID, durante estos años las bibliotecas públicas han sido cada vez menos apoyadas por la Administración General del Estado y por las CCAA, al poner fin a sus convenios para financiar adquisiciones bibliográficas y rebajar su gasto en inversiones. Como consecuencia, los municipios han tenido que asumir la financiación necesaria para mantener el servicio. Ello ha permitido absorber en parte los recortes económicos aplicados por las otras Administraciones, de manera que en 2016 se recuperaron los niveles económicos de 2010 tras los fuertes descensos de los primeros años del periodo.
Respecto a la utilización por la ciudadanía, el número de visitas totales a las bibliotecas públicas se mantiene prácticamente, con un descenso del 2,7% vinculable a la pérdida de bibliotecas. Por el contrario, el número de visitas por punto de servicio ha aumentado un 1,3%, Por otra parte, el descenso en el gasto en colecciones parece haber afectado al uso del servicio de préstamo, que también ha caído un 18,8% durante el período de análisis. En 2016 había más de 1,4 millones de personas sin servicio bibliotecario en sus municipios, ni fijo ni móvil.
La reducción de los puntos de servicio de biblioteca pública en España supuso también un menor número de personal en equivalencia a tiempo completo, con un descenso del 4,0%. En 2016 las bibliotecas públicas fueron atendidas por 10.677 personas en equivalencia a tiempo completo, lo que supone una ratio de 2,30 personas por punto de servicio.
Las colecciones siguieron creciendo, hasta alcanzar los 88,2 millones de documentos, un 15,7% más que en 2010. La mayor parte de ellos siguen siendo libros (un 85,6% del total), pero también hay documentos audiovisuales, electrónicos y sonoros (13,0%) y otros documentos (1,3%). Sin embargo, la renovación de estas colecciones ha sufrido un importante retroceso en el período analizado, ya que en 2016 se incorporaron 3,4 millones de documentos, un 35,8% menos que en 2010. Porcentualmente, este descenso afecta especialmente a los documentos audiovisuales, electrónicos y sonoros, pero el descenso en la compra de libros es también destacable.
En el capítulo de gastos corrientes, las adquisiciones son las que sufren un mayor impacto durante la crisis económica. Entre 2010 y 2016 se observa un descenso del 47,7%, pasando de 55,7 millones en 2010 a 29,1 en 2016. Por el contrario, el gasto en personal se ha incrementado un 10,3%. Esta evolución desigual ha provocado un mayor desequilibrio presupuestario, con un mayor porcentaje del gasto total destinado a personal (73,7%), mientras que el gasto en adquisiciones se reduce al 6,3%.
Tribuna Estrella