Durante la sesión de control al Govern, Erra ha hecho referencia a una campaña auspiciada por el Departamento de Cultura con el nombre «No em canviïs la llengüa» (No me cambies el idioma), una iniciativa impulsada por un grupo de ciudadanos de origen extranjero que quieren que los catalanohablantes se dirijan a ellos en lengua catalana, en lugar de cambiar al castellano.
Erra ha hecho hincapié en la necesidad de «concienciar a los catalanes autóctonos» que hay gente nacida fuera de Cataluña que quiere aprender la lengua, por lo que se debe «poner fin a la costumbre muy presente en determinadas zonas del país de hablar siempre en castellano con cualquier persona que por su aspecto físico o su nombre no parece catalana».
Las palabras de la alcaldesa de Vic han causado estupor entre la oposición, en particular el líder del PP, Alejandro Fernández, situado detrás de Erra en el hemiciclo.
«Cuando crees que ya lo has oído todo, siempre hay algún diputado separatista que supera la miseria», ha reaccionado Fernández en Twitter.
El grupo parlamentario de Ciudadanos ya ha registrado en la Mesa del Parlament una queja y una propuesta de resolución con las que quieren denunciar el lenguaje «supremacista» de Erra.
El diputado del PSC Pol Gibert ha expresado su queja a través de Twitter: «Por desgracia, a los racistas no se les identifica por sus características físicas».
La presidenta del grupo de los comunes, Jéssica Albiach, ha advertido de que abrir el debate sobre «quien parece o no catalán es desconocer que Cataluña es diversa y mestiza» y ha añadido: «Es un discurso racista del que todo el mundo se tendría que desmarcar».
Tras la polvareda levantada, Erra ha publicado un mensaje en Twitter lamentado que su intervención se haya «mal interpretado» y ha pedido disculpas «a quien haya podido molestar».
«Me avala mi trayectoria política. Como alcaldesa de Vic, siempre he trabajado y trabajaré por la integración y la cohesión social», ha afirmado la diputada de JxCat.
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