Esta manifestación, que se repite en otras ciudades españolas, exige al Gobierno que persiga la venta a pérdidas, en la que, según las principales organizaciones agrarias, incurren las grandes superficies comerciales, que se amplíen los fondos para seguros, que se habiliten depósitos para crisis, que se exijan controles fitosanitarios y laborales a los países exportadores, y que se estudie el impacto económicos de los acuerdos comerciales con terceros países.
La marcha, en la que participan cargos públicos del PSPV-PSOE, PP, Compromís, Ciudadanos y Unides Podem, se ha visto obligada a adelantar la cabecera , en la que marchan varios tractores y cosechadores, algunas de ellas con altavoces y otras con almendros, debido a la gran afluencia de manifestantes.
Desde alrededor de las 9.15 horas, cientos de tractores han estado accediendo al centro de Valencia desde los principales accesos por carretera a la ciudad para concentrarse en los alrededores de la plaza de España y la calle San Vicente para situarse a continuación a la cola de la manifestación.
La amplia movilización de tractores y maquinaria agrícola ha motivado que se establezca un amplio dispositivo de Policía Local y Nacional para garantizar el desarrollo de la marcha e intentar regular el tráfico en el resto de la ciudad.
Entre los asistentes a la manifestación son mayoría los pequeños propietarios, algunos de los cuales portaban cruces adornadas con naranjas y crespones negros, y pancartas con lemas como «La agricultura se va a la sepultura» o «Hemos perdido todo, hasta el miedo».
Un agricultor de Albalat de la Ribera (Valencia), José Manuel Latorre, ha manifestado ante los periodistas: «Vendemos más barato que hace cuarenta años y a los políticos, a todos, el campo les ha importado un pimiento desee siempre. Cobro una pensión de 640 euros y todavía tengo que coger dinero de ahí para mantener dos pequeños campos».
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