En rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Francisco Igea, ha reconocido que esta medida puede tener «un impacto económico, social y moral», pero «más impacto moral sería no tomarla».
El también portavoz del Ejecutivo regional, que ha dicho que espera una repuesta del Gobierno y la Conferencia Episcopal a la petición de suspender la Semana Santa, ha explicado que la Junta cuenta con un informe sobre el impacto en la Comunidad de esa suspensión que cifra las pérdidas en unos 60 millones de euros
Ha insistido Igea en que, aunque las medidas adoptadas en la Comunidad para hacer frente al coronavirus son duras y pueden contar con desaprobación de algunos colectivos, su responsabilidad primera es «salvar vidas y la salud» de los ciudadanos, y de eso no se van a «apear».
La Junta también ha ampliado a Burgos capital la prohibición de actos y ceremonias litúrgicas, que ayer ya acordó para la zona de Miranda de Ebro y su área de influencia que comprende el Condado de Treviño y Pancorbo.
Por su parte, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, entiende y acata una posible suspensión de las procesiones y otros actos penitenciales de la Semana Santa que impliquen aglomeraciones y contactos masivos entre personas, en beneficio de la salud de los ciudadanos. «Si hay que suspenderla, con todo el dolor de nuestro corazón lo haremos, no hay otra, y prepararemos la siguiente de la mejor manera posible», ha considerado.
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