viernes, noviembre 22, 2024
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Medio Ambiente: El agua será más escasa y la sociedad se debe implicar

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En una entrevista con EFE, Morán destaca el intenso trabajo de los últimos meses, pese a un Gobierno hasta hace poco en funciones, que facilitará «capacidad de arranque» hacia una transición ecológica asentada sobre «un esfuerzo en la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad».

Mientras en la crisis del coronavirus «ahora hay que volcar todos los esfuerzos», aunque «acabará pasando», el secretario de Estado advierte de que la emergencia climática, con efectos tan graves como la sequía, las inundaciones, los incendios, no desaparecerán a corto plazo y requieren volcar esfuerzos.

Pregunta: Pese a la actual crisis por el coronavirus, que mantiene a los países centrados en su lucha, el domingo 22 de marzo es el Día Mundial del Agua. ¿Cuáles son sus recomendaciones?

Respuesta: El Día Mundial del Agua coincide este año con la elaboración de los planes de cuenca de tercer ciclo, en el que nos hemos marcado un objetivo: que sea un proceso de planificación desde los ciudadanos para los ciudadanos. Estamos haciendo un gran esfuerzo para que se pongan al servicio de la sociedad las herramientas de participación, que les permita a acceder a una planificación hasta ahora muy compleja.

El ciudadano debe ser consciente de que el agua es un derecho y un bien publico, escaso, y lo va a ser más, y por tanto, tenemos que tener un complicidad total como país a la hora de decidir qué hacer con el agua en el futuro, su gestión y qué protagonismos corresponden a cada uno.

P.- ¿Verá esta legislatura el final del trasvase Tajo-Segura?

R.- El trasvase es una infraestructura que presta servicios de abastecimiento de agua de boca para unos dos millones y medio de personas, tanto en la cuenca cedente como demandante. Es además, una infraestructura crítica, que en un momento de crisis climática, no puede ser prescindible y que además tiene otros usos como aportación para el regadío, y ecológicos, de prevención en situaciones de emergencia como las Tablas de Daimiel.

Y a ello hay que añadir la acumulación de cinco sentencias y un requerimiento de la Comisión Europea (CE) para establecer, sí o sí, unos caudales ecológicos, que, en estos momentos, con el plan hidrológico parcialmente anulado por los tribunales, no los tiene. En la confluencia de estos factores hay que pensar que los condicionante del futuro del trasvase y sus usos no van a ser tanto las voluntades políticas territoriales, sino la realidad climática.

La incorporación de caudales ecológicos modificará la reglas de desembalse, y eso, va a detraer una parte de los caudales que en estos momentos se derivan para otros usos. Si sumamos el impacto de cambio climático, que dice la cuenca del Tajo será una de las zonas más afectadas con lluvias decrecientes, mayores niveles de evaporaciones y la necesidad de incrementar los caudales ecológicos, es evidente que se producirá una reducción sustancial de volúmenes para atender usos mas allá de las necesidades de abastecimiento humano.

El trasvase seguirá siendo necesario como infraestructura de solidaridad interterritorial, pero con todos estos factores, habrá que repensar hasta dónde se puede llegar en los usos que en estos momentos cubre .

P.- ¿Cómo afrontar la situación de estrés hídrico en el que están inmersas las Tablas de Daimiel?

R.- Llevamos meses actuando y racionalizando los usos del agua e incorporando elementos de control que permitan asegurar que no ir más allá de los derechos concesionales reconocidos, sin olvidarnos de poner en marcha sanciones para desincentivar prácticas extendidas en el territorio.

Una de las primeras decisiones adoptadas fue una instrucción directa a las confederaciones para que pusieran en marcha todos los mecanismos de control respecto a los usos del agua en todas y cada una de las demarcaciones.

La solución está en reducir las extracciones ilegales y, una vez resuelto esto, comprobar que la capacidad de carga del acuífero queda compensada, porque, si se extrae el doble de lo que el acuífero repone, vamos a un colapso del sistema. A la Tablas de Daimiel hay que devolverlas a su ciclo natural, para que convivan el altísimo valor que poseen con el desarrollo agrario capaz de soportar.

P.- ¿En qué fase se encuentra la ley de residuos y el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR)?

R.- Hasta ahora, el modelo de gestión de residuos ha tenido una etapa, pero se ha quedado corta, no da respuestas suficientes dentro de un proceso de incorporación de los valores ambientales y de gestión política transversal. En España hay un problema en el reciclaje, y su respuesta es binaria: o los ciudadanos optan por el reciclaje convencional implantado o se decantan por el SDDR, y personalmente creo que ni una ni otra. El modelo con el que hemos convivido, y que ha alcanzado niveles de respuesta razonables, ya no satisface la demanda de calidad de gestión que los ciudadanos piden.

La sociedad no puede vivir con la incertidumbre sobre si su esfuerzo en reciclaje ha merecido la pena o si estaba mal hecho, porque esa idea genera escepticismo. Si el ciudadano no es capaz de asumir el papel que se le encomienda, el sistema fracasará. Tenemos que aproximarnos a una solución parecida a la que plantea el sistema de depósito, sin obligar al ciudadano a dar un salto en el vacío; hay que dar un salto cualitativo hacia el futuro y es lo que vamos a hacer con la economía circular y la nueva ley de residuos.

P.- ¿Cuándo alcanzará el parque natural Sierra de las Nieves (Málaga) la categoría de parque nacional?

R.- Está al caer; llevamos meses de trabajo dedicados a la elaboración de múltiples normativas climáticas, económicas, y de biodiversidad que nos ha permitido desarrollar ya el texto.

 

Estrella Digital

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