En una intervención tras visitar el economato de Cáritas en el distrito madrileño de Tetuán, Casado ha pedido a Campo que ofrezca las cifras para «resarcir el dolor de las víctimas», pero también ha planteado medidas que les ayuden en lo económico para que «sus herederos no tengan que pagar el impuesto de sucesiones y donaciones».
Y en ese mismo escenario ha propuesto que los que hayan quedado en situación de vulnerabilidad puedan tener ayudas sociales.
Casado también ha expresado su «preocupación» tras «escuchas al Gobierno poner en duda el método de recuento» de muertos por la COVID-19 y ha considerado «esencial que se pueda homenajear a los fallecidos, pero también tener la certidumbre de saber cuántos han sido».
Respecto a las ayudas sociales, el presidente del PP ha afirmado que la renta de ingreso vital mínimo ya existe en las comunidades autónomas.
Casado ha asegurado que más de 700.000 familias están recibiendo el ingreso mínimo vital gestionado por las comunidades autónomas, «que dedican miles de millones de euros anuales para estas ayudas para quienes no tienen derecho a la prestación por desempleo».
Por tanto, ha dicho, el ingreso mínimo vital «no es algo nuevo: existe en España desde hace años e incluso décadas».
No obstante, Casado ha explicado que el PP plantea «la recentralización» de estas ayudas para que no haya duplicidades en aquellos que reciban algún tipo de ingreso.
Y por ello, ha insistido en la coordinación dentro del Gobierno y con las comunidades autónomas, que son las competentes, y los ayuntamientos.
Casado también ha hecho hincapié en el material para luchar contra el coronavirus y ha reclamado que el Ejecutivo extienda los test rápidos, porque, «si no hay test, no hay evaluación, y así será muy difícil recuperar la vida normal».
El líder del PP, que ha asegurado que el millón de test prometidos por el Gobierno no ha llegado, ha exigido «test masivos», porque solo así «protegeremos a la población, evitaremos repuntes de la enfermedad y oleadas de contagio en otoño».
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