En una videoconferencia celebrada por iniciativa del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil y la Plataforma de Infancia, nueve niños y adolescentes han planteado sus dudas y las que les han hecho llegar otros muchos para saber, de primera mano, sobre la COVID-19.
Tanto Duque como el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, han reiterado que el SARS-CoV-2 es un coronavirus nuevo, solo se conoce desde hace cuatro meses, y por eso hay muchas cosas que aún no se saben, pero el conocimiento avanza.
Cuál es el origen de virus, ha querido saber Alba de 16 años, a lo que Simón ha señalado que “no se conoce muy bien”, pero que se cree que se pudo originar en murciélagos y que luego hubo un “huésped intermedio”, otro animal que “no sabemos todavía”, desde el que pasó a las personas.
Los niños se interesaron sobre si una persona curada se pude volver a infectar, de lo que “no tenemos toda la seguridad”, pero sí sabemos que se desarrollan defensas contra la enfermedad que permanecen, al menos, unos meses.
Este virus se extiende tanto porque se transmite con las gotitas de saliva que expulsamos al hablar, toser o estornudar. Además, ahora sabemos -ha dicho Simón- que las personas que aún no tienen síntomas los pueden transmitir.
Sin embargo, no considera probable que se pueda coger por salir al balcón o por compartir juguetes y, “aunque lo más seguro es que cada uno toque sus cosas”, creemos que el riesgo es “muy pequeño”.
Ambos han destacado la importancia de lavarse mucho las manos con agua y jabón, así como de respetar la distancia social, y Duque ha hecho una demostración de cómo ponerse y quitarse una mascarilla.
La experiencia del ministro, que fue astronauta en la Estación Espacial Internacional, le ha servido para dar un truco para no tocarse la cara. Cuando estás seis horas con un traje espacial, “no puedes rascarte si te pica un ojo”, pero hay que aguantar “un minuto sin ponerte nervioso”: entonces se pasa.
Simón ha contestado a Carlota, de 9 años, que, de momento, no hay tratamientos específicos, aunque ya hay cientos de ensayos en el mundo para encontrar uno, ha precisado Duque, quien ha agregado que lo que sí hay son tratamientos para los síntomas de la enfermedad.
Es una enfermedad que “se transmite mucho y no queremos que la pandemia dure”, de ahí la importancia del confinamiento para controlar la trasmisión. «Si no lo hubiéramos hecho, habría cientos de miles de casos más”, en palabras de Simón, aunque “sabemos que hay situaciones que son difíciles y muy tristes, como que los familiares no puedan estar con los enfermos muy graves”.
Sin embargo, ha destacado el trabajo del personal sanitario que “está haciendo un esfuerzo enorme” y que, a pesar de la sobrecarga de trabajo, atiende a los enfermos “de la mejor forma” y “con todo el cariño”.
Los niños han querido saber cuándo se podrá salir de casa. Para ello, lo primero -ha explicado Simón- es que el número de transmisiones continúe descendiendo, “lo que es cada vez más evidente”.
Ademas, hay que llegar a tener un número de nuevos casos diarios “lo suficientemente pequeño”, como para que, si empezamos a relacionarnos un poco más, “no vuelva explotar la epidemia” y garantizar que se tiene capacidad suficiente para identificar a los nuevos enfermos, aislarlos y seguir a sus contactos para ver que no tienen síntomas.
“Si podemos garantizar todo eso, podremos empezar a pensar en ir reduciendo las medidas. Estamos muy cerca, pero todavía no”, ha dicho.
La charla ha terminado con una carta que una niña escribió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, porque se le había caído “un dientecillo” y quería saber si en confinamiento se lo podía dejar al ratoncito Pérez.
Duque ha asegurado que el ratoncito tiene “salvoconducto permanente” para encargarse de los dientes de los niños, sobre todo porque, como ha destacado Simón, cuenta con “los equipos de protección adecuados para no contagiarse ni contagiar a nadie.
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