«Con todo lo que estamos pasando, con todas las informaciones y todo lo que hay para estar tristes, creo que estas cifras que estamos viendo estos últimos días, y sobre todo hoy, lo que deben hacernos es ponernos felices y contentos, lo estamos consiguiendo, no lo tiremos ahora por tierra», ha rogado el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.
Y es que la cifra de nuevos fallecidos con coronavirus ha caído por tercer día consecutivo hasta los 399, la más baja desde el pasado 22 de marzo. Son ya 20.852 las víctimas mortales pero, ha indicado el epidemiólogo, «son marcas que nos van dando esperanza, pese a lo triste que es siempre hablar de personas fallecidas».
Los datos de nuevos contagios publicados este lunes por el Ministerio de Sanidad, que el viernes comenzó un proceso de reajuste de la serie histórica al haber impuesto a las comunidades un modelo único de notificación para una gestión más eficaz de la información sobre el impacto del coronavirus, arrojan una diferencia de 4.266 positivos más que este domingo.
Sin embargo, 1.385 son casos que iniciaron síntomas más de 14 días antes de la realización de la prueba diagnóstica y que no corresponden con nuevos contagios.
Así, dado que esos casos sospechosos antiguos no deben mezclarse con los nuevos, la diferencia calculada por Sanidad es de 2.881, un 1,5 % más que la víspera. No se había logrado un número inferior a los 3.000 contagios diarios desde el pasado 20 de marzo, mientras que, en términos porcentuales, es el incremento más bajo contabilizado hasta la fecha.
Con todo ello, los positivos registrados hasta esta mañana son 200.210, de los cuales 31.053 son de profesionales sanitarios, el 15,5 %. No obstante, como cada lunes, Simón ha recordado que suele producirse un efecto bajada por el retraso de las notificaciones del fin de semana.
También se han realizado 191.164 pruebas PCR, las más fiables para detectar el virus, y 9.046 test de anticuerpos, lo que supone 2.585 y 1.681 más, respectivamente, en un solo día.
Las PCR semanales han casi cuadruplicado su número desde la última semana de marzo, cuando sumaron algo menos de 200.000, a más de 700.000 en la última semana; sin embargo, a pesar de que ese aumento hacía pensar a los expertos que iba a llevar aparejado un número proporcional de casos, lo cierto es que «afortunadamente no ha sido así».
«Y eso implica que la incidencia está bajando incluso más de lo que pensábamos», ha celebrado el epidemiólogo, quien ha insistido en que, «cuantas más pruebas hagamos, mejor», pero el continuar así da «garantías de que el control de la transmisión se está consiguiendo».
De la misma forma, los pacientes ingresados en las UCI (de los que sigue sin ofrecer el recuento total) y los hospitalizados solo han subido un 0,7 % y un 0,8 %, respectivamente, en relación a semanas anteriores.
A todo ello se une que otras 1.694 personas han logrado superar la COVID-19, 80.587 desde el inicio de la pandemia; así, el 40,1 % de los infectados ya se han recuperado de la enfermedad.
Datos que van a permitir la relajación paulatina de alguna de las estrictas restricciones decretadas con el estado de alarma, como la de permitir que los menores puedan salir a la calle a partir del próximo lunes, 27 de abril, como anunció el sábado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León y miembro del comité de expertos autonómicos para abordar la desescalada de las medidas tomadas por el coronavirus, Francisco Igea, ha avisado en una entrevista con Efe que estos grupos no están «para justificar una decisión política» como esta.
Aunque Simón sí ha dado alguna pauta y es que este levantamiento no va a consistir en «abrir la puerta y decir: niños a jugar».
«Si la gente piensa que esto va a ser ‘abro la puerta y que se junten con los niños de todo el vecindario’, podemos tener algún problema, es una cuestión de responsabilidad», ha redundado el epidemiólogo, quien ha adelantado que «van a ser salidas controladas de alguna manera, y eso no implica un incremento de riesgo porque ya están con sus padres y hermanos en su domicilio».
En su opinión, es «razonable» que se planteen ésta y otras medidas de relajación según se van alcanzando objetivos, como la práctica individual de deporte al aire libre.
Pero, como ocurre con los niños, «esto es una cuestión de riesgos». «Una persona que va sola corriendo por la calle o en bicicleta no implica riesgo para la sociedad», pero si eso deriva en que se va a «juntar con otro que corre solo delante», y después con otros tres para ponerse todos «juntitos a correr», pues eso «es una muy mala interpretación de cómo debemos prevenir y controlar esta enfermedad».
Con los mayores pasa igual, solo que a ellos, como a las personas de riesgo, hay que protegerlos, no porque tengan más posibilidad de enfermar si salen sino porque si se infectaran «el riesgo al que se exponen es mucho mayor».
Simón ha insistido en que son las duras restricciones de movilidad las que han permitido controlar la pandemia y reducir el número de fallecidos, por lo que también hay que extremar la precaución con velatorios y funerales.
«Por experiencia propia en España y en otros países y en muchas otras epidemias son situaciones de alto riesgo para la transmisión», y por ello se «tiene que valorar con mucho cuidado el mecanismo para implementarla».
Los obispos han planteado otras decisiones de desescalada al Gobierno, como la de dejar que en el tramo final del decreto de alarma se pueda celebrar misa en las iglesias y que se aclare la situación de los templos para evitar «situaciones problemáticas» como «intervenciones de la policía» en actos de culto ya comenzados, actuación que tachan de «desmedida».
Mientras tanto, las restricciones siguen para todos, incluso para la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), María Jesús Lamas, que ha sido sancionada por saltarse el estado de alarma durante Semana Santa cuando pensaba viajar unos días a Galicia, donde reside junto a su familia.
Sanidad lo ha justificado en que como «trabajadora esencial» puede desplazarse de su centro de trabajo a su domicilio al amparo del real decreto del estado de alarma y, dado que ella «no quiere ningún malentendido», ha decidido «acatar cualquier resolución, incluido el pago derivado del expediente, si fuese el caso».
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