«Tras un primer análisis debemos decir que es un plan con algunas luces y muchas sombras» y en el que las comunidades autónomas únicamente tienen un «papel testimonial», ha denunciado Núñez Feijóo en una comparecencia de prensa telemática.
Ha apuntado asimismo que el plan «no ha sido negociado ni mucho menos consensuado con las comunidades autónomas y, desde luego, Galicia no lo puede avalar porque tiene serias lagunas de eficacia», ha reprochado el jefe del Ejecutivo gallego.
Pese a criticar el grueso del documento, Núñez Feijóo ha puesto en valor que con la redacción del texto el Gobierno «ha hecho por primera vez un esfuerzo por clarificar el horizonte» para muchos sectores, de forma que la vuelta a la normalidad se llevará a cabo de una forma gradual.
Con todo, el presidente de la Xunta ha sido especialmente crítico con el hecho de que se haya fijado como unidad para la desescalada un mecanismo administrativo como son las provincias y ha vuelto a insistir en que en Galicia la medida debería ser el área sanitaria. Ha recordado que esta cuestión ya se trasladó al Gobierno antes de la presentación del documento de la desescalada.
Ha cuestionado el criterio de «extender hasta junio» las limitaciones entre provincias, puesto que, a su manera de ver, «no tiene ninguna justificación sanitaria ni epidemiológica» dividir algunos pueblos en dos porque administrativamente pertenecen a dos provincias distintas.
Tampoco parece razonable, ha dicho, que personas de la misma familia no puedan verse porque viven en provincias distintas, pero sí se pueda acudir a pernoctar a un hotel aún con las limitaciones de movilidad entre las unidades provinciales.
El plan estatal tampoco contempla un tratamiento para el mundo rural, por lo que no está, entiende, adaptado a la realidad gallega ni tampoco el hecho de que en Galicia haya decenas de municipios sin ningún contagiado desde hace días y que podrían pasar directamente a la tercera fase.
En el ámbito económico ha lamentado que los criterios de reapertura continúen siendo difusos en la mayoría de los sectores como la restauración, el comercio o la actividad rural, por lo que ha pedido mayor concreción. «Hay un sinfín de realidades que tienen que tener respuesta», ha aseverado.
A su vez, también se ha mostrado sorprendido por el hecho de que el criterio para abrir las guarderías sea «que los padres tengan trabajo o no», sin tener en cuenta los riesgos sanitarios.
La Xunta también discrepa con los criterios para separar franjas de edad en torno a los 65 años ya que la Xunta, en base a criterios sanitarios, se decanta por marcar la diferencia de la franja de edad a partir de los 69 años.
Por todo ello, ha pedido al Gobierno que cuente con las autonomías para «repensar» el plan de desescalada, pues, ha observado, «es necesario y estamos a tiempo de solventar las incógnitas» porque «Galicia no lo puede avalar porque tiene serias lagunas de eficacia y de utilidad».
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