Según han informado a Efe fuentes cercanas al caso, el detenido, de 35 años y origen brasileño, permanece en comisaría de los Mossos d’Esquadra, a la espera de comparecer ante el juez, con toda probabilidad mañana y mediante videoconferencia desde dependencias policiales, como es habitual durante la etapa del confinamiento por el coronavirus
Al detenido únicamente le consta en España un antecedente por un delito contra el patrimonio, cometido en Zaragoza, por lo que los Mossos d’Esquadra están ahora haciendo gestiones para intentar descubrir si también actuó en otros países, especialmente en Portugal y Brasil, antes de supuestamente cometer sus crímenes en la capital catalana.
En el marco de la investigación, que el juez mantiene en secreto, los Mossos están analizando minuciosamente la autocaravana en la que dormía, que tenía aparcada en el barrio de La Plana de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), para intentar hallar pruebas incriminatorias, como por ejemplo restos de sangre de las víctimas que pudiesen haber quedado en su ropa.
Según los Mossos d’Esquadra, el asesino cometió sus crímenes contra víctimas vulnerables sin dejarles ningún tipo de defensa y empleando una violencia «desmedida y gratuita».
Los Mossos atribuyen por el momento al detenido al menos los tres últimos crímenes a personas sin techo en Barcelona, el último de ellos a las 23.00 horas del pasado lunes -horas antes de su detención-, aunque no descartan que pudiera estar relacionado con el primero que se produjo en esta etapa de confinamiento, el pasado 18 de marzo, con lo que serían cuatro sus víctimas.
Los Mossos no descartan tampoco que el detenido pueda tener alguna alteración mental.
Tras el primer crimen de un sintecho durante el confinamiento en Barcelona el pasado 18 de marzo -por el que fue detenida una persona que quedó en libertad sin cargos-, se encadenaron en 36 horas -del 16 al 18 de abril- otros dos asesinatos a personas que dormían en la calle en el barrio del Eixample, ante lo que los Mossos abrieron una investigación prioritaria y contra reloj.
Los Mossos lograron relacionar de forma mucho más clara la autoría entre el segundo y el tercer asesinato -ambos a golpes- que con el primero -con arma blanca-, por lo que empezaron a investigar con la hipótesis de que se podría tratar de un mismo autor.
En el marco de la investigación, la policía contó con las imágenes de las cámaras de seguridad para intentar obtener imágenes del sospechoso.
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