Así lo ha asegurado el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, en dos entrevistas en Onda Madrid y en Telecinco, en las que ha explicado que como ejemplo de las medidas que se van a tomar para cumplir con las exigencias del Ministerio está aumentar, ya desde este lunes, de 11.000 a 15.000 las pruebas PCR que se realizan para detectar nuevos contagios, reforzar la atención primaria con 685 personas más (personal sanitario y no sanitario) y contratar a unas 400 personas para la red de técnicos de salud pública que van a encargarse de hacer la encuesta y seguimiento epidemiológico para diagnosticar la COVID-19.
Madrid sí cumple, ha dicho el consejero, otras exigencias como el número de camas de hospitalización y de camas UCI necesarias para atender un posible rebrote de la enfermedad, y como ejemplo ha explicado que el Ministerio exige que la región cuente con entre 1,5 y 2 camas de UCI por cada 10.000 habitantes (lo que supone para Madrid 1.470 camas), y en el pico del contagio se ocuparon en toda la Comunidad 1.420 camas de UCI de las 1.900 que llegaron a funcionar a la vez.
También se mantiene el descenso de nuevos casos y de altas médicas, unas cifras «muy favorables» porque van descendiendo «de manera sostenida».
Ruiz Escudero ha insistido en que a pesar de que Madrid ha sido la región más golpeada por la COVID-19, su sistema sanitario ha aguantado el envite y está preparado para garantizar la asistencia a todos los pacientes y para afrontar un posible repunte, y por eso, pese a las dudas iniciales, una vez estudiados en profundidad todos los parámetros el Gobierno regional opinó que se puede pasar a la fase 1.
En este sentido, ha dicho no comprender por qué el Gobierno central ha autorizado pasar a la fase 1 a otras regiones con peores datos de contagios que Madrid, porque «cuando uno analiza los datos» es «complicado entender» el criterio que han utilizado para autorizar o no el avance.
«El Ministerio tiene que tener más confianza en los que hemos llevado el peso asistencia de la crisis, y saber que no vamos a tomar ninguna decisión en contra de la salud de los ciudadanos», ha añadido, porque si bien es difícil «conjugar la ecuación» de salud y economía, Madrid tiene claro que hay que actuar «siempre con la salud por delante».
Respecto a las críticas de los profesionales sanitarios por el hecho de que Madrid vaya a repartir entre su población mascarillas KN95 con un grado de protección FFP2 (que filtran al menos el 92 por ciento de las partículas presentes en el aire), el consejero ha dicho no entender por qué se oponen a que la ciudadanía se proteja, teniendo en cuenta que el personal sanitario también cuenta con este mismo grado de protección.
«Me ha sorprendido el revuelo que se ha formado por el hecho de tratar de proteger al máximo a la población. Es curioso, hubiese esperado esa virulencia en otros momentos, como cuando el Gobierno de España no nos daba mascarillas, o cuando las dieron defectuosas», ha apuntado.
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