El pasado día 7, la Comunidad de Madrid anunció que el 18 de mayo terminaba el acuerdo que había firmado con las empresas Telepizza, Rodilla y Viena Capellanes para dar menús escolares a algunas familias receptoras de RMI, ya que las empresas de cáterin habituales volvían a abrir y podían distribuir alimentos.
La Vicepresidencia de Derechos Sociales aceptó este nuevo proyecto de ayuda comedor solicitado por la Comunidad de Madrid tras cuestionar el anterior.
Los menús de las anteriores empresas han sido criticados por grupos de la oposición y diversas organizaciones sociales por su supuesta calidad deficiente o por ser «comida basura», mientras que la Comunidad de Madrid los ha defendido como menús «variados» y asegura que han sido revisados por nutricionistas.
En una nota de prensa remitida este viernes, Food Service dice que la programación de los nuevos menús «asegurará la composición, variedad y características de equilibrio que recibían habitualmente los escolares durante el curso regular».
La entrega de los menús la harán 12 empresas de restauración colectiva en 160 puntos de distribución habilitados en colegios públicos de toda la Comunidad de Madrid, que serán abiertos con carácter administrativo.
«Este método va a permitir llegar con mayor eficacia a diferentes rincones», dice la nota, según la cual el servicio se prolongará «al menos, hasta el 19 de junio».
Sin embargo, en una nota de prensa la Comunidad de Madrid señala que las comidas serán elaboradas por 13 empresas de cáterin especializadas y se distribuirán en 164 puntos de la región.
Para la puesta en marcha de este nuevo sistema, la Comunidad de Madrid ha preguntado en los centros educativos madrileños a todas las familias que perciben la RMI y más de 8.200 estaban interesadas en participar.
Para su recogida, tan solo deberán dar su nombre en el punto de distribución que ha sido establecido en su localidad o distrito.
Sin embargo, el Gobierno regional seguirá colaborando desde el lunes con Viena Capellanes para llevar comidas a los cerca de 400 alumnos que residen en el asentamiento de la Cañada Real y evitar así el desplazamiento de las familias «hasta el punto de distribución más cercano».
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