En un entrevista que este sábado publica el diario El País, la titular de Defensa señala: «Estoy cansada de decir que las Fuerzas Armadas, pero esto me vale también para la Guardia Civil, no pertenecen a ningún partido, sino a toda la sociedad, y ningún partido, ni tampoco ningún Gobierno, sea del color que sea, tiene derecho a capitalizarlas».
«Yo les pediría que dejen tranquila a la Guardia Civil, que sabe perfectamente cuál es su obligación en un Estado de derecho. Que nadie quiera atribuirse la defensa de la Guardia Civil», agrega.
Robles, preguntada por el informe de la Guardia Civil a la juez Carmen Rodríguez-Medel que instruye la causa sobre la manifestación del 8-M, declara que ella no conoce ningún informe y asegura que «si alguien del Gobierno hubiera tenido conocimiento de la existencia de un riesgo, se habrían tomado medidas».
Preguntada por la presencia del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en la comisión que controla el CNI, responde que «quien tiene la responsabilidad es la ministra de Defensa y, por encima, el presidente del Gobierno. El vicepresidente forma parte de una comisión, en la que hay otros responsables políticos, que puede diseñar las líneas generales pero no entra en el contenido diario del trabajo del CNI. Y le diré más: todavía no se ha reunido esa comisión».
Sobre la crisis de la COVID-19 y sus días más duros, Margarita Robles señala que «fueron días muy duros, de mucho dolor y mucho sufrimiento. Nos reuníamos cada día con el presidente del Gobierno y, cuando veíamos aquellos datos, era terrible. Fue durísimo tener que limitar todavía más la movilidad porque la capacidad de las UCIS estaba absolutamente superada».
«Todavía hoy cuando hablo con soldados que tuvieron que trasladar cadáveres al Palacio de Hielo (centro deportivo que se utilizó como morgue en Madrid) me sigo estremeciendo. Tratamos de hacer lo mejor posible, por eso me parece injusto cuando oigo críticas en clave política de que el Gobierno no hizo todo lo que tenía que hacer… el Gobierno sin duda habrá cometido errores pero le puedo asegurar que tenía una obsesión: salvar vidas», señala.
La ministra también es preguntada por su ausencia de la manifestación feminista del 8 de marzo. «Respeto mucho a quienes se manifiestan, pero creo que la defensa del feminismo se puede hacer de muchas maneras, incluso en un despacho trabajando. No he ido nunca a manifestaciones del 8-M», señala.
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