El «Zárate» siempre ha tenido vocación marina. Desde hace cinco años, la estrella Michelin premia su preparación clásica de mariscos, besugos, merluzas y rodaballos.
Como todos, cerró con el coronavirus, y Sergio empezó a imaginar: «pensamos en comida para llevar, como muchos, pero le hemos dado una vuelta más», ha explicado este miércoles.
El proyecto gastronómico sigue abierto, pero ha aprovechado el espacio que le dejan libre las limitaciones de aforo para montar una pescadería de cara al público, que lleva abierta varios días y a la que ha llamado «La lonja».
La diferencia es que el cliente se puede llevar el género como en una pescadería normal, crudo, sin espinas ni escamas, o cocinado por Sergio como quiera el comprador, en salsa, asado,…
Por ejemplo, el cliente compra la merluza y las almejas y Sergio le prepara el pescado en salsa verde. Por el trabajo, cobra de suplemento 12 euros por kilo.
Incluso ha conseguido que le autoricen una terrazita y ha instalado unas mesas para que la gente se tome algo mientras espera a la cocina.
«Es el género que hemos usado siempre, nuestra bandera es el producto. Piezas grandes para degustar en familia hechas en su punto, para que no tengas que preocuparte en casa».
La única diferencia con el restaurante es que en éste «hay más presentación y emplatado, eso hacerlo llegar a casa es complicado».
El restaurante gastronómico sigue abierto, al ralentí por la falta de turistas, pero de momento, la pescadería es un éxito: «al público le gusta, espero que a los inspectores de la guía también».
Zárate ve luz al final del túnel, y además de seguir con el restaurante, pondrá en marcha el año que viene un nuevo proyecto en La Rioja en la bodega de Viñedos de Páganos.
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