Del total de llamadas, un 70 % han correspondido a población en general, un 21 % a familiares y un 9 % a sanitarios, aunque proporcionalmente para estos dos últimos grupos ha habido mayor demanda, seguramente porque se trata de los dos grupos más afectados psicológicamente por la situación creada por la pandemia.
Estas son algunas de las consideraciones que ha hecho el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en su primera intervención en la Comisión de Sanidad, que ha comenzado en esta ocasión, además de con un recuerdo para los fallecidos, también con otro al trabajo de los sanitarios, que acaba de ser reconocido con el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia.
«Un merecidísimo galardón del que estoy seguro todos los aquí presentes nos congratulamos. Un reconocimiento que hacemos extensivo a todas las personas que, desde sus distintas actividades y responsabilidades, han trabajado y trabajan para afrontar esta pandemia», ha querido precisar el ministro.
Illa también ha recordado el descenso de los datos de contagios y el hecho de que las cifras sean «más bajas cada semana» y que muestren que «estamos controlando la epidemia».
Por eso, con unos niveles bajos de incidencia, lo que interesa ahora -ha dicho-, es la detección precoz de los casos para poder actuar y controlar muy rápido la transmisión, y esta es la razón -ha justificado- por la que se ha modificado el sistema de vigilancia, que está permitiendo detectar brotes locales y «controlarlos de forma temprana, lo que nos recuerda que aún hay riesgo».
Tras recordar que esta tarde se reúne con siete comunidades autónomas para tratar sus propuestas de avance de fase, el ministro se ha referido a una medida social, la del ingreso mínimo vital, de la que ha dicho se van a beneficiar 85.000 hogares, en los que viven 2,3 millones de personas.
Y ha hecho hincapié en que las personas beneficiarias también van a estar exentas del copago farmacéutico para garantizar su acceso a los medicamentos y los tratamientos que necesiten.
En los últimos días, según ha dicho, se ha continuado con el reparto de mascarillas quirúrgicas, en concreto 3,8 millones más, aunque en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de la semana pasada se instó a las comunidades autónomas a que mantengan activos los procesos de compras de material sanitario para hacer frente a necesidades futuras y conformar su propia reserva estratégica.
No obstante, según ha recordado, el Gobierno está trabajando para conformar una reserva estratégica a nivel nacional de productos críticos que incluya desde mascarillas quirúrgicas, mascarillas FPP2 y FPP3 y otros equipos de protección hasta pruebas diagnósticas y medicamentos.
Esta reserva, según ha precisado, debe dar cobertura a una estimación de necesidades que se ha calculado en base a los consumos semanales declarados por las comunidades autónomas, es decir, en base a la situación vivida en esta pandemia.
Con estos parámetros, la reserva debería contar, según ha detallado este martes, con las cantidades necesarias para poder cubrir un período mínimo de entre seis semanas y dos meses.
Estrella Digital