El vicepresidente andaluz, Juan Marín, ha explicado este miércoles en rueda de prensa que la Policía Nacional sólo puede retener a estos inmigrantes un máximo de 72 horas, según determina la Ley de Extranjería, y ha advertido de que, superado este plazo, deben de ser entregados a oenegés repartidas por toda España por lo que, en el caso de quienes llegan contagiados por la COVID-19, viajan sin control y pueden extender la pandemia.
Ha citado casos de contagios detectados por una oenegé de Logroño y ha pedido que este protocolo obligue a que los inmigrantes tengan un domicilio o un centro de referencia donde pasar una cuarentena de catorce días, «antes de que puedan ser un foco de contagio en cualquier lugar de España o de la Unión Europea», ha remarcado.
«No hablamos de retener a nadie o de si son inmigrantes legales o ilegales, hablamos de salud pública», ha apostillado Marín.
Ha añadido que este confinamiento no tiene nada que ver con actitudes de xenofobia o racismo, sino que es la medida que se aplicaría a cualquier ciudadano español o europeo infectado, y ha advertido del peligro que supone que inmigrantes contagiados circulen libremente por las calles, «sin control y ningún tipo de confinamiento».
El vicepresidente andaluz ha denunciado que, en su opinión, el Gobierno central «se ha quedado dormido una vez más» en relación a este problema ya que, ha remarcado, es de sobra conocido que la llegada de inmigrantes a las costas andaluzas se intensifica todos los veranos.
También ha recordado que la Junta de Andalucía ha detectado 37 casos positivos de contagio por la COVID-19 entre unos 800 inmigrantes irregulares sometidos a test y ha señalado que estas personas enfermas no deberían de desplazarse libremente por España y deberían de guardar cuarentena.
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