viernes, noviembre 22, 2024
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La vida regresa a las estancias palaciegas tras meses de silencio y vacío

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Solo los funcionarios del “Ministerio del Tiempo” han accedido a palacio desde el cierre de sus puertas el pasado 13 de marzo, un paréntesis obligado por la irrupción del coronavirus en el que Patrimonio Nacional ha acometido trabajos de restauración y de limpieza de las instalaciones, ha explicado Patricia Serrano, jefa del servicio de museo del monumento.

Patrimonio Nacional ha concluido hoy su Plan de Reapertura de Reales Sitios tras el confinamiento con la apertura del Palacio Real de Madrid, el Palacio Real de El Pardo, el Palacio Real de Aranjuez, el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso y Jardines, el Palacio Real de Riofrío y el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

La visita será gratuita hasta el próximo domingo y solo se permitirá la entrada de 160 personas por hora.

Eugenio, el primer visitante del Palacio Real de Madrid se ha acercado a la taquilla a las siete y media de la mañana –abría a las 10.00- y ha sentido frustración al comprobar que no podía elegir franja horaria sino que tenía que entrar en el mismo momento. “Nos han impuesto pasar de esta manera continua, con lo que no podemos hacer compatible la visita con nuestro horario. Gratuidad no significa que valga todo”, se ha quejado.

Susana y Marian, madre e hija, también han madrugado para ver las maravillas palaciegas y, sobre todo, la vista panorámica desde el Patio de Armas. Será la primera vez para Marian y también para Jesús, un madrileño que dice haber recorrido mucho mundo y que no conocía «su» palacio.

La jefa de servicio del museo explica que se han retirado bancos tapizados y alfombras originales por motivos sanitarios, con lo que “prácticamente se van ver todos los mármoles de palacio, salvo en el comedor de gala que es parqué”.

Con una superficie que dobla la de Buckingham o Versalles, el 98 % del monumento estará abierto y solo se han cerrado algunas salas para evitar la entrada y salida por la misma puerta (capilla, la zona de estuco y la Sala de la Corona, que se abrió a raíz de la abdicación de Juan Carlos I y la coronación de Felipe VI), explica.

Al lado de la Sala de la Corona, en la Sala de las Damas, una de las más visitadas, se encuentra Rubén, que ahora sobre todo tiene que cuidar que los visitantes guarden las distancias. Igual que su compañera María Teresa, quien lamenta no poder ejercer ya como guía sino cuidar fundamentalmente que se respeten las medidas de seguridad.

En las afueras, un grupo de guías oficiales de turismo se han acercado para apoyar la reapertura porque “es un signo de vuelta a la normalidad”, pero “las perspectivas de trabajo son muy complicadas. No esperamos una normalidad laboral hasta 2021”, explica Antonio Sánchez, de la Asociación Profesional de Guías Oficiales de Turismo de la Comunidad de Madrid.

En Aranjuez, su Palacio también ha reabierto cuando pasaban unos minutos de las 10.00 horas. La primera ha sido una mujer que llegaba sola desde Madrid con intención de ver el palacio, pasear por los Jardines Reales y acercarse hasta el Palacio de Godoy.

“Estaba pensando en que parecía la reina cuando he entrado la primera y estaba todo el personal esperándome”.

El monumento ha retomado su actividad sin guías y sin la posibilidad de acceder por grupos, como medida de prevención ante la pandemia.

Al llegar al gabinete árabe, los grupos solían girar hacia una serie de estancias que acababan en un punto muerto y desde el que los guías regresaban con los grupos de visitantes.

“Es una dirección muerta, llegas a un punto en el que tienes que regresar y, si lo hace la gente por libre, se tienen que cruzar en el camino y pueden formarse concentraciones”, ha explicado uno de los trabajadores del Palacio Real ribereño, señalando que algunas de las estancias cerradas al público son el dormitorio del rey Francisco de Asís (esposo de Isabel II), la Sala de los Espejos o la Sala de los Cuadros Chinos.

Un matrimonio de Aranjuez ha aprovechado su paseo diario para acercarse a palacio, aunque ha reconocido que “ha sido un poco extraño, porque antes había más gente, con los cicerones que te lo iban explicando, pero ahora hay mucho distanciamiento”.

La pareja formada por Carlos y María José ha sido la primera en llegar al Monasterio de El Escorial, en cuyas puertas todavía cerradas esperaban casi dos decenas de trabajadores vestidos de uniforme y, como nunca se habían visto antes, cubiertos con mascarillas e incluso algunos con pantallas protectoras.

Los segundos en pasar han sido Jesús y Antonio, dos jóvenes que vienen de Alpedrete y que han querido aprovechar que no tienen clases, ya que a estas horas hay poca gente para “disfrutar” del Monasterio.

Manuel Terrón, delegado de Patrimonio Nacional, ha informado que la prioridad es garantizar la seguridad.

Para ello han señalizado el suelo para mantener la distancia de seguridad, han puesto gel de manos y han creado un recorrido unidireccional.

Un miércoles como hoy, cuentan los responsables de Patrimonio, suele haber unas 2.000 visitas al día; en los meses de verano, junio y julio, oscilan entre las 40.000 visitas mensuales y al año tienen medio millón.

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