Así lo dispone la Guía de Recomendaciones para el curso 20-21, que recoge las aportaciones de las comunidades al borrador que se presentó en la Conferencia Sectorial de Educación del pasado 11 de junio, y que ya ha sido enviada a los gobiernos autonómicos.
Este documento contempla las medidas de prevención e higiene que se tienen que adoptar, así como la reorganización de los espacios en los centros educativos.
En un comunicado difundido este martes, ambos ministerios recuerdan que el documento ofrece un marco común que puede ser adaptado en cada comunidad e implementado según la realidad de cada centro educativo y de su contexto local y advierten de que se irá actualizando si los cambios en la situación epidemiológica del coronavirus lo requieren.
El texto recuerda la obligación de mantener una distancia interpersonal de 1,5 metros, y para Educación Infantil y Primaria se propone la creación de «grupos estables de convivencia de entre 15 y 20 alumnos, cuyos integrantes podrían interactuar sin necesidad de mantener la distancia interpersonal, y evitando el contacto con otros grupos»
Recomienda esta opción preferentemente para alumnos de Infantil y de 1º y 2º de Primaria, «dado que a esas edades es complicado mantener la distancia de seguridad».
Y dispone que los Gobiernos autonómicos podrán flexibilizar el máximo del alumnado para formar estos grupos, siempre que la autoridad sanitaria del territorio lo permita.
La guía recomienda priorizar las actividades al aire libre, escalonar las entradas y salidas y las horas de recreo o diseñar otras medidas organizativas para evitar aglomeraciones y reducir al máximo el número de desplazamientos de grupos de alumnos por el centro.
Gobierno y comunidades han acordado definir las medidas de prevención e higiene en torno a cuatro principios básicos: limitación de contactos, medidas de prevención personal, limpieza y ventilación y gestión de los casos.
Respecto a la gestión de los casos, la guía establece que si una persona desarrolla síntomas compatibles con la covid-19, se la llevará a un espacio separado de uso individual, se le colocará una mascarilla quirúrgica (tanto a la persona con síntomas como a la que quede a su cuidado) y se contactará con la familia y los servicios médicos de la comunidad.
«Salud Pública será la encargada de la identificación y seguimiento de los contactos, según el protocolo de vigilancia y control vigente en la comunidad correspondiente», establece el documento, que indica que la comunidad valorará las actuaciones a seguir en caso de brote.
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