Además, si como es previsible reedita su pacto con los socialistas, que también esperan mejorar sus 9 escaños, conseguirán una mayoría absoluta holgada que les permitiría gobernar con estabilidad la legislatura.
Los nacionalistas han ganado en todas las elecciones autonómicas celebradas desde hace cuarenta años, incluso en las de 1986, tras su escisión, en las que se impusieron en número de votos, aunque el PSE-EE le superó en escaños.
Por lo que dicen las encuestas la gestión de la crisis del coronavirus, lo sucedido en el vertedero de Zaldibar, las presuntas filtraciones en las oposiciones al Servicio Vasco de Salud o las denuncias de la oposición por contratos públicos irregulares con una empresa de un destacado miembro del PNV no pasarán factura a este partido, sino que parece que los vascos le respaldarán.
Se da por seguro que nacionalistas y socialistas, que gobiernan las principales instituciones vascas en coalición, repitan la fórmula que han mantenido en el Gobierno Vasco durante cerca de catorce años: la pasada legislatura y entre 1986 y 1998, con un breve paréntesis en este periodo.
2016, UNAS ELECCIONES PARA OLVIDAR PARA PSE-EE Y PP
El último Parlamento Vasco ha estado formado por los 28 diputados del PNV, 18 de EH Bildu, 11 de Elkarrekin Podemos (Podemos, Ezker Anitza-IU y Equo), los 9 del PSE-EE y los 9 del PP.
Para estas dos últimas formaciones fueron unos comicios para olvidar, porque los socialistas sacaron sus peores resultados de la historia con 126.420 votos y los populares los peores desde 1990, con 107.771 apoyos.
Como novedad, a estas elecciones se presentaron Ciudadanos y Vox, sin que ninguno de ellos lograra representación, que tampoco tienen en la actualidad en ninguna institución vasca.
UN PNV HEGEMÓNICO
Los nacionalistas vascos confían en mejorar sus 28 escaños y el 37,60 % de los votos de hace cuatro años, algo que ya habían conseguido en varias de las once elecciones anteriores celebradas. Tocaron techo en solitario en los comicios de 1984, con 32 escaños y hasta 451.178 votos, algo más del 42 % de los sufragios.
El suelo electoral lo sufrieron en 1986, justo tras la escisión en la que nació Eusko Alkartasuna: se quedaron en algo más de 271.000 votos (el 23,7 %) mientras que EA logró 181.000.
La coalición entre ambas formaciones les otorgó algo más de 604.000 votos, casi el 43 % en 2001, cuando PSE-EE y PP, con Nicolás Redondo Terreros y Jaime Mayor Oreja, plantearon una campaña conjunta que, como reacción, movilizó a buena parte del nacionalismo, aunque la izquierda abertzale sacó el peor resultado de su historia tras la ruptura del alto el fuego de ETA.
EH BILDU A CONSOLIDAR SU SEGUNDA POSICIÓN
Se prevé que EH Bildu se consolide como segunda fuerza política, un puesto que ha ocupado en las dos últimas legislaturas.
Las distintas marcas de la izquierda abertzale, Herri Batasuna, Euskal Herritarrok, el Partido Comunista de las Tierras Vascas y EH Bildu, se han presentado a todas las elecciones vascas excepto a las del 2009 tras su ilegalización por la Ley de Partidos.
Los mejores resultados los lograron en 2012, con 277.923 votos y un 25 %, tras el cese definitivo de la actividad terrorista de ETA en octubre del año anterior y con su regreso a la contienda electoral tras superar su ilegalización. El peor, en 2001, con el 10 %, después de que ETA rompiera el alto el fuego que mantuvo catorce meses desde la firma del Pacto de Estella.
ELKARREKIN PODEMOS, A APROVECHAR SU PRESENCIA EN EL GOBIERNO
La coalición de Podemos y Ezker Anitza-IU tratará de aprovechar el tirón de la presencia de la formación morada en el Gobierno español y así poder mantenerse como la tercera fuerza que alcanzó en 2016, primera vez que concurrieron a unos comicios al Parlamento Vasco, donde irrumpieron con 11 escaños, aunque las encuestas prevén que ese puesto se lo arrebate el PSE.
Habrá que ver si la crisis vivida en el seno de Podemos Euskadi con elección de Miren Gorrotxategi como candidata a lehendakari, la dimisión de la dirección autonómica del partido y la salida de Equo de la coalición les pasa factura mañana.
Aunque son comicios muy diferentes en Euskadi a la hora de comparar datos, en las elecciones generales del 10-N del año pasado la coalición logró 25.000 apoyos más de los que tuvo a la Cámara de Vitoria en 2016.
EL PSE-EE PODRÍA CONVERTIRSE EN TERCERA FUERZA
Los socialistas vascos, que parten de su suelo electoral con algo más de 126.000 votos y un 12 %, esperan mejorar su posición en el Parlamento Vasco y convertirse en tercera fuerza aprovechando el tirón del Gobierno de Pedro Sánchez y, sobre todo, rentabilizar su coalición con el PNV en el Ejecutivo autonómico, las diputaciones forales y los ayuntamientos de las tres capitales.
Sus mejores resultados los obtuvieron en 2009, en las elecciones a las que no se pudo presentar la izquierda abertzale, cuando lograron 318.112 votos, el 30,7 %, y que, gracias a un acuerdo con el PP, aupó a Patxi López como lehendakari.
También tuvo oportunidad de ocupar Ajuria Enea el socialista Txiki Benegas tras los comicios de 1986, cuando consiguieron dos escaños más que el PNV, que fue el que ganó los comicios en votos, pero las exigencias de EA frustraron un posible tripartito con Euskadiko Ezkerra.
LA SUMA O NO DE PP Y CIUDADANOS
El espacio tradicional de centroderecha constitucionalista en Euskadi volverá a concurrir junto estas elecciones después del acuerdo alcanzado por el PP y Ciudadanos, coalición a la que las encuestas no les dan buenas expectativas.
Los populares esperan recuperarse de las horas bajas en las que se encuentran en el País Vasco, donde ininterrumpidamente van perdiendo apoyos en unas autonómicas desde hace 19 años, aunque la situación interna vivida tras la destitución de Alfonso Alonso como candidato y su posterior dimisión como presidente del partido, podría lastrar sus expectativas electorales.
Fue en las elecciones de 2001 cuando tocaron techo electoral en Euskadi. Sus casi 327.000 votos, el 23 % de los sufragios, colocaron al PP como segunda fuerza en el Parlamento de Vitoria.
Su suelo, 2016, cuando se vieron perjudicados por la participación de Ciudadanos en los tres territorios, que se quedó con 21.477 votos, pero sin escaños.
¿DARÁ LA SORPRESA VOX?
La formación de extrema derecha liderada por el alavés Santiago Abascal no figura en las encuestas con escaño en el Parlamento Vasco, pero el último Sociómetro del Gobierno Vasco le daba el 2,5 % de los votos en Álava. La ley electoral sitúa en el 3 % el mínimo para poder conseguir escaño por cada una de las tres circunscripciones, por lo que aunque parece improbable, Amaya Martínez podría salir elegida. Hace cuatro años se presentó solo por Álava y consiguió 771 votos, tan solo el 0,07 %.
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