Estas críticas, expresadas en la reunión que el pasado martes convocó en Sevilla la secretaria general del PSOE andaluz con los diputados andaluces en el Congreso y los senadores por esta comunidad, se sumaron al malestar manifestado por los parlamentarios autonómicos por no haber sido convocados a ese encuentro.
Algunos diputados socialistas autonómicos han criticado también en las últimas semanas que durante tres meses no se reuniera al grupo parlamentario para coordinar iniciativas, ni tampoco se convocó la Ejecutiva Regional del PSOE-A, sólo la permanente.
Y se han quejado de que cuando se reanudaron en mayo los plenos presenciales -aunque con limitaciones- en el Parlamento, se decidiera unilateralmente qué diputados asistirían y los que intervendrían.
«En esos meses se debatieron varios decretos leyes y no hubo reuniones de grupo para explicar la posición, el sentido del voto o las estrategias de los plenos», ha dicho a Efe uno de los parlamentarios críticos con la dirección regional.
Fue en una reciente reunión presencial del grupo parlamentario socialista cuando la mayoría de ellos se enteraron de que se había convocado para el 7 de julio a los diputados al Congreso y senadores andaluces y que no estaban invitados los autonómicos, una decisión que además no se había sometido a la consideración de los órganos del partido.
El objetivo de esta reunión era ofrecer una imagen de unidad entre la dirección del PSOE andaluz y el federal, pero varios diputados y senadores intervinieron para reclamar una mayor «coordinación» y una oposición «más útil» en Andalucía.
La reunión duró cinco horas porque 32 parlamentarios pidieron la palabra, de las que una veintena tuvieron un contenido crítico aunque con matices, y el resto apoyaron la labor de la dirección regional o apelaron a la unidad.
Los diputados nacionales y senadores críticos se quejaron de falta de coordinación, interlocución y comunicación por parte de la dirección regional y también de algunas direcciones provinciales del PSOE andaluz con sus representantes en las Cortes.
Asimismo, apelaron a una mayor «firmeza y fortaleza» en la defensa de las medidas aprobadas por el Gobierno de la nación en estos meses y apostaron por movilizar a todos los cuadros del partido, al considerar que hay «riesgos» de que el Gobierno de la derecha se pueda consolidar en Andalucía por una oposición «tibia» del PSOE, que no está consiguiendo tener «relevancia social».
Díaz admitió errores tras señalar que los últimos meses no han sido «fáciles» y prometió seguir profundizando en estos espacios de reflexión y encuentro. Al día siguiente, en declaraciones a la prensa, aseguró que en septiembre se reunirá la Interparlamentaria del PSOE-A, órgano integrado por los diputados al Congreso, los senadores y los parlamentarios autonómicos.
A la reunión del pasado martes no asistieron las ministras andaluzas María Jesús Montero y Carmen Calvo al coincidir con el Consejo de Ministros, ni tampoco el vicepresidente primero del Congreso y secretario de Relaciones Institucionales del PSOE, el sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, quien excusó su presencia por problemas de agenda.
Lo cierto es que los críticos tienen claro que en el PSOE andaluz hay «movimientos internos» pese a que la dirección federal considere que ahora no es el momento: «La gente no va a callarse aunque Ferraz esté ahora muy cómodo con la sumisión de Susana Díaz», advierte uno de ellos, a la vez que asegura que la actual secretaria regional «ha cumplido un ciclo».
A día de hoy, no hay una candidatura alternativa, pero cuando llegue el congreso regional «la habrá», aseguran.
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