Los socialistas, que han ganado un escaño en ambas comunidades, han visto sin embargo cómo no han sido capaces de rentabilizar la caída de Podemos y sus confluencias, barridas del mapa político gallego y condenadas a la irrelevancia en el País Vasco.
Su presencia en el Gobierno central no ha sido suficiente para hacerse con la mayoría de los antiguos votantes de Podemos, que parecen haberse pasado en masa a los nacionalistas del BNG, en Galicia, y de Bildu, en Euskadi.
En Galicia, el PSOE ha quedado como tercera fuerza, y en el País Vasco, aunque todo indica que volverá a pactar el Gobierno con el PNV, ve cómo sus principales rivales electorales se le distancian cada vez más.
Su secretario de Organización, José Luis Ábalos, ha admitido que los resultados «no son buenos pero no son los peores», ya que han conseguido ganar un escaño en cada una de las comunidades.
«No son los que nos gustarían», ha admitido el responsable socialista, que ha atribuido los resultados a la peculiaridad de las comunidades históricas «que tienen procesos muy diferentes al resto».
En una entrevista en la SER, Ábalos ha aprovechado para destacar el fiasco de la coalición del PP y Ciudadanos en Euskadi, una «apuesta personal» del líder popular, Pablo Casado.
Más suave ha estado con la caída sin precedentes de Podemos, sus socios en el Gobierno de coalición.
«Para Unidas Podemos ha sido un cambio muy grande pasar de oposición a Gobierno», ha argumentado.
En cualquier caso, la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE que se ha reunido este lunes en Madrid, ha puesto en valor que se pueda reeditar el pacto con el PNV en el País Vasco porque, a su juicio, viene a «fortalecer» el Ejecutivo de coalición «que ya estaba gobernando».
En la calle Génova también sabor agridulce por la amplísima victoria de Alberto Núñez Feijóo, que ha revalidado su cuarta mayoría absoluta, pero la importante caída del PP en las elecciones vascas, pese a la alianza con Ciudadanos.
En una entrevista en Telecinco, el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, ha defendido la campaña electoral de Carlos Iturgaiz que puso «en pie» al partido y ha apostado por trabajar en construir una alternativa «seria» al nacionalismo y a Bildu.
Pese a los resultados del País Vasco, Montesinos ha hecho una defensa de la coalición con Cs y ha avanzado que el PP «negociará y dialogará» un nuevo pacto para las elecciones catalanas, una posibilidad a la que también está abiertos los de Inés Arrimadas.
En el caso de Galicia, Montesinos no ve cuestionado el liderazgo de Pablo Casado.
A su juicio, la victoria es «de Alberto Núñez Feijóo y del PP» y ha afirmado que el éxito del tándem Feijóo-Casado será «la antesala» de un gran resultado a nivel nacional con Pablo Casado al frente.
El propio Feijóo ha prometido “trabajar por Galicia hasta el final de la legislatura” alejando así la posibilidad inmediata de un salto a la política nacional y reivindicado su «rotundo éxito» electoral, con el que cree que los gallegos ha demostrado que no quieren «ni tutelas ni tutías» y votaron lo que «les dio la gana».
Precisamente Galicia ha sido la comunidad donde Podemos ha sufrido el mayor revés, perdiendo los 14 escaños que obtuvo en 2016.
La portavoz de Podemos, Isa Serra, ha asumido que se debe hacer una «gran reflexión» sobre el «mal resultado» electoral tanto de Euskadi como de Galicia, pero ha desvinculado ese fracaso al liderazgo de Iglesias o de la dirección del partido recién elegida.
«Acabamos de tener una asamblea ciudadana en Podemos que ha revalidado la dirección que tenemos actualmente. Esa dirección junto con nuestros compañeros en Euskadi y Galicia tendremos que tener una reflexión para salir más fuertes para el futuro», ha remarcado.
Por el momento, Podemos no ha convocado a su Ejecutiva para estudiar los resultados, un encuentro que tendrá lugar «en los próximos días», según su portavoz.
Desde fuera de Podemos, la antigua mano de derecha de Iglesias, Íñigo Errejón, considera que ni en la movilización interna ni en los resultados electorales se parece en nada el Podemos de ahora al de 2014. Podemos, ha zanjado Errejón en Twitter, «ya no existe».
«Existe una cosa que se llama UP -Unidas Podemos- y que tiene los resultados de siempre de IU», ha alertado.
En el otro extremo del tablero, Vox, que se ha metido con un escaño en el Parlamento Vasco, considera que tendrá como objetivo acabar con el «supremacismo» del PNV y desmontar «la corrupción institucionalizada que ha habido durante años» en el País Vasco por parte de este partido.
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