«A nosotros nadie nos tiene que llevar a la moderación porque siempre hemos estado en ella, pero nadie nos debe apartar tampoco del combate contra la radicalidad de algunos», ha defendido Casado ante el Comité Nacional de su partido, la primera reunión interna tras las elecciones vascas y gallegas del pasado domingo, en la que el PP obtuvo un resultado dispar.
Para Casado, el PP aplica «la coherencia, la certidumbre y la centralidad» frente a un PSOE entregado, desde su punto de vista, a la radicalidad.
Por eso, ha advertido que prefiere «perder votos a perder el alma», como le ha pasado a los socialistas que, con su apuesta por «legitimar» a Bildu -ha acusado- han provocado su ascenso.
La reunión de este miércoles del Comité Ejecutivo Nacional, ha sido tranquila pese al clima de debate interno surgido a raíz de la victoria arrolladora de Feijóo por cuarta vez consecutiva en las gallegas del domingo con una estrategia electoral volcada al centro, que algunos barones, como Alfonso Fernández Mañueco o Juanma Moreno, han aplaudido.
Casado ha hecho también suya la victoria del PP gallego y ha señalado que ante la «clara radicalización de la izquierda y el nacionalismo», el PP debe responder «ensanchando el partido hacia el centro».
En esta línea, ha apostado por nuevas alianzas y ha reivindicado las fórmulas de coalición que ha suscrito con Cs en el País Vasco, aunque sin referirse expresamente a la posibilidad de reeditar esa coalición para las elecciones de Cataluña.
La otra cara de la moneda ha sido el mal resultado de Carlos Iturgaiz, la apuesta personal de Casado para las elecciones vascas, quien, según fuentes populares, ha justificado en parte este revés a la abstención, aunque ha asegurado también que el PP se crece en la adversidad y que esto es una carrera de fondo que él esta dispuesto a encabezar.
En todo caso, los barones han cerrado filas en torno a Casado, quien ha dicho que aspira a que el PP sea «la fuerza tranquila que ampare a todos los españoles moderados, incluidos los socialdemócratas que se sienten huérfanos por la deriva de este PSOE» y ha llamado a seguir en la reconstrucción del centro derecha.
Feijóo, el gran protagonista de este comité, ha reconocido dentro de la reunión, según las mismas fuentes, el compromiso de Casado con Galicia y ha ido en esa misma línea de «cobijar a muchos socialistas descontentos» porque, ha destacado, el PP es un partido que aglutina y reúne todas las condiciones para seguir siendo el primer partido de España.
A su llegada a la sede del PP, ha insistido en que cuando a la gente se le habla claro «el populismo de extrema izquierda y de extrema derecha no entra», como ha ocurrido en el Parlamento gallego, sacando pecho de su estrategia.
Por eso, ha recalcado, que igual que ha sido posible cortarles el paso en Galicia, no se resigna a que esta extrema derecha y extrema izquierda «salgan también del Congreso» y ha pronosticado «un gran futuro» para el PP si sigue insistiendo en sus principios, «siendo un partido de Estado, centrado, templado».
Ha querido quitar hierro al debate la vicesecretaria de Estudios y Programas del Partido Popular, Andrea Levy, que ha remarcado que «hay un solo PP, presidido por Pablo Casado» y ha puesto el acento en los réditos y el apoyo con que los ciudadanos valoran su gestión.
«Demuestran las encuestas que el PP de Casado es un partido ganador, dispuesto a gobernar y ser la alternativa de Gobierno al PSOE. Hay un PP, eso es lo más importante», ha remarcado Levy.
La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado que ella se reconoce en el modelo de Casado y ha dicho que tampoco se deben abrir debates sobre la «moderación» porque todo depende de quién ponga el listón y para ella, es evidente «que no es moderado» que entren presos de ETA en el Parlamento vasco.
Un paso más allá ha ido la portavoz parlamentaria del grupo popular, Cayetana Álvarez de Toledo, que ha pedido no confundir «la moderación con la sumisión».
Para Álvarez de Toledo, su partido no tiene un desafío con «las formas» que utiliza para hacer política sino con el «fondo», con la necesidad de ser una alternativa.
Del otro lado, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, se ha alineado con la postura de Feijóo al reclamar que el PP ocupe «un espacio inclusivo donde todo el mundo cabe» y buscar, por tanto, el apoyo de una mayoría social que permita llegar al Gobierno de España.
La reunión del comité ha culminado con un almuerzo en la sede de Génova con todos los presidentes autonómicos y dirigentes territoriales del PP.
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