Torrent y Maragall explican en sus cartas cómo tuvieron conocimiento de que habían sido espiados entre abril y mayo de 2019 a través de un software introducido en sus teléfonos móviles que sólo puede ser adquirido por gobiernos.
Las cartas van dirigidas al relator de las Naciones Unidas sobre Libertad de Expresión, David Kaye; la comisaria para los Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovi, y la secretaria general adjunta de Amnistía Internacional, Julie Verhaar.
En dichas cartas, Torrent y Maragall afirman que «el espionaje a ciudadanos y representantes políticos constituye una agresión inaceptable a los derechos fundamentales».
También alertan de que «el hecho de que las instituciones del Estado español puedan pasar por alto estos hechos sin adoptar las medidas oportunas, nos obliga a emprender todas las actuaciones que tengamos a nuestro alcance para impedir que este tipo de prácticas resulten impunes».
En el caso de la comisaria del Consejo de Europa Dunja Mijatovi, el presidente del Parlament, Roger Torrent, le advierte que también podría haber sido espiada, ya que ambos mantuvieron una reunión en Estrasburgo (Francia) el 14 de mayo de 2019, una fecha situada dentro del período «en que se produjo el ataque».
Se da la circunstancia de que tanto el relator de las Naciones Unidas David Kaye como Amnistía Internacional, ya han denunciado en diversas ocasiones «el uso abusivo e ilegal» del software espía Pegasus en algunos países como México, Marruecos o Arabia Saudí contra periodistas, activistas y políticos.
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