En Cantabria en este momento hay doce brotes activos, los cuales son mayoritariamente «intrafamiliares», relacionados con reuniones o celebraciones en las que han participado personas no convivientes (parientes y amigos).
Los brotes son sobre todo pequeños, ninguno de más de diez personas, y hay dos que no son consecuencia de las reuniones familiares: el de la residencia de Liencres (Piélagos), que surgió el fin de semana, con 5 usuarios que han dado positivo, uno hospitalizado, y cuatro trabajadores, y el del restaurante de Comillas.
En este establecimiento hay 5 trabajadores que han dado positivo y se han detectado siete contactos estrechos, también empleados, de los que se está esperando el resultado de las pruebas.
El consejero de Sanidad de Cantabria, Miguel Rodríguez, que ha dado la rueda de prensa del Consejo de Gobierno, centrada en la evolución de la COVID-19, ha explicado que, aunque los trabajadores de este restaurante tenían que hacer aislamiento como medida de prevención, la Guardia Civil detectó ayer actividad, con nueve de ellos en el local, y por ello levantó el acta que se trasladará a la Fiscalía.
«No cumplir el aislamiento acordado cuando uno es positivo, y más en el caso de trabajadores que atienden al público, podría ser constitutivo de delito contra la salud pública», ha advertido Rodríguez, que ha añadido que, a su vez, en Salud Pública se tramitará un expediente sancionador a este local.
El consejero también ha dado cuenta de la evolución de la COVID-19 en Cantabria, este jueves se han sumado 11 casos .
Los positivos en la región se sitúan así en 252, con 16 personas hospitalizadas (una en UCI) y 236 en aislamiento domiciliario.
Rodríguez se ha congratulado de que ayer y hoy la tendencia es «a la baja» y ha confiado en que se consolide. «Espero que las medidas que se han tomado de disminuir el tamaño de los grupos y para el ocio nocturno empiecen a dar sus frutos», ha dicho.
AM