La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha vuelto al centro de la polémica por involucrar a Felipe VI en los indultos de los presos del procés, unas afirmaciones que ha corregido el líder de su partido, Pablo Casado, y que ella misma ha precisado este lunes: «El rey no es cómplice de nada. Me duele el compromiso al que le van a someter».
De esta manera ha respondido en declaraciones a los medios en la Asamblea de Madrid a la controversia en torno a las palabras que pronunció poco antes de la concentración del domingo en Colón contra los indultos, cuando preguntó: «¿Qué va a hacer el rey de España a partir de ahora? ¿Va a firmar esos indultos? ¿Lo van a hacer cómplice de esto?».
«Mi preocupación es que esta decisión va a llegar a la mesa del jefe del Estado», ha dicho Ayuso, a quien «duele el compromiso al que van a someter» al rey. «Toda la culpa recae en el presidente del Gobierno, que está deteriorando gravemente las instituciones del Estado en su propio beneficio y la imagen internacional de España», ha respondido.
«Es indigno y es una humillación para todos los españoles. (Pedro Sánchez) está tomando una decisión contra el Estado de derecho, el Tribunal Supremo y el tribunal sentenciador, premiando el delito», ha añadido.
Desde Bruselas, el presidente del Gobierno ha respondido también a preguntas sobre la polémica, confesando que las palabras de Ayuso le causaron «extrañeza» e igual que le sucedió a él, «le habrá pasado al 99 % de los españoles», ha estimado.
Las afirmaciones han granjeado a Ayuso críticas por parte de todo el arco parlamentario -de Vox a la izquierda- y que este lunes ha corregido Casado, que, sin referirse de forma expresa a Ayuso, ha defendido que el único responsable de los indultos es el Gobierno y que «no hay más cómplices».
Casado se ha desmarcado por completo al dejar claro que «no hay más cómplice de los indultos que Pedro Sánchez, mientras Felipe VI ejerce su labor de jefe de Estado en una monarquía parlamentaria «de forma impecable».
Varios dirigentes populares, muy pocos, han salido en defensa de la presidenta madrileña al quitarle intencionalidad, como el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, quien ha dicho que lo que dijo Ayuso fue «un simple comentario» y en ningún caso una injerencia.
A José Luis Martínez Almeida y al portavoz popular en la Asamblea madrileña, Alfonso Serrano, esas afirmaciones no fueron desafortunadas y solo pretendían denunciar el «abuso» que hace Pedro Sánchez de las instituciones, ha señalado el alcalde madrileño, en sintonía con lo que han señalado fuentes del equipo de Ayuso, negando que interpelara al monarca.
También ha habido avalancha de críticas a la presidenta madrileña del resto de fuerzas, incluidas las que ayer estuvieron con el PP en la plaza de Colón y así, desde Vox, no dudan en que el único responsable de los indultos es Sánchez, por lo que implicar al rey es «una inconveniencia, un error que a nadie conviene», ha apuntado su portavoz, Jorge Buxadé.
Opinión compartida por los portavoces de Vox en la Asamblea y en el Ayuntamiento de Madrid, Rocío Monasterio y Javier Ortega Smith, que ven obvio que Felipe VI debe quedar al margen porque «reina pero no gobierna». La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, lo ha calificado de «error garrafal».
Mientras, el presidente del grupo de Unidas Podemos-En Comú Podem en el Congreso, Jaume Asens, ha hecho una advertencia preventiva al monarca: «Si no firma los indultos, se saltará la Constitución y debería abdicar por cometer la mayor ilegalidad constitucional que se ha cometido por parte de la monarquía».
Y mientras la polémica seguía, Felipe VI se ha sumado al llamamiento de Andalucía a participar en un futuro de paz» y «entendimiento» en España al recibir en Sevilla la Medalla de Honor de esta comunidad.
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