El Gobierno de Pedro Sánchez estaría a punto de aprobar finalmente los indultos a los presos independentistas del procés, como ha anunciado recientemente. Se espera que esta medida se tome en el Consejo del Ministros del próximo 22 de junio o como muy tarde el 29 del mismo mes.
Ante la polémica surgida por esta decisión, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha afirmado que es una humillación, que el monarca tenga que rubricar con su firma, la decisión del Ejecutivo.
En los últimos días y a colación con la controvertida voluntad de llevar a cabo los indultos, el que fuera diputado del PP y exdirector de seguridad canario Sigfrid Soria, ha enviado una carta al Palacio de la Zarzuela, para pedirle al rey Felipe VI que no firme los indultos a los presos independentistas.
«Estimado Felipe,
Supongo que los indultos que tiene pactados Pedro Sánchez con los partidos políticos separatistas catalanes para mantenerse en La Moncloa le tienen preocupado porque sabe que son mucho más que indultar a unos presos comunes.
Lo de presos comunes no lo digo sólo por herir a quienes nos quieren aniquilar como nación, que así es, también lo digo porque el Tribunal Supremo los mantiene en segundo grado penitenciario y, aunque ellos se autodenominen falazmente políticos presos, lo que realmente son es meros reos comunes. También imagino que supondrá que su preocupación es compartida por la inmensa mayoría de españoles demócratas, porque sabemos como usted que lo que está en juego es España.
Quien promueve esta pantomima, los indultos, es el Presidente del Gobierno. El mismo que tiene una tesis doctoral fraudulenta que todavía no ha retirado ni por la que ha pedido disculpas, el que pretende prohibir vuelos cortos pero va a la boda de su cuñado en La Rioja en el Súper Puma del Ejército del Aire diciendo que es por interés general.
El que en campaña electoral buscó el voto garantizando públicamente que nunca jamás pactaría con los chavistas-comunistas ni con separatistas catalanes y vascos y es presidente gracias a ellos, el que paga más de seis millones de euros para obtener el vídeo de menos de 30 segundos del paseíllo vacío de contenido con el presidente de los Estados Unidos de América, el que autorizó las manifestaciones del 8-M 2020 en las que hasta sus ministras contagiadas de SARS COV-2 estornudaban a manifestantes, el que al inicio del verano de 2020 declaró haber vencido al virus y animó a los españoles a no tener miedo para meses después decretar un estado de alarma no previsto en nuestro ordenamiento jurídico que ha violado los derechos fundamentales de todos y el que, en definitiva, gobierna exclusivamente para alargar su caótico mandato a costa de mentir y de perjudicar sin escrúpulos.
Este párrafo que acaba de leer es absolutamente necesario para el propósito de esta carta porque centra a base de algunos ejemplos, podría haber elegido otros, la perversa personalidad del que le está metiendo en un enorme problemón. Es decir, que Pedro Sánchez no tiene credibilidad y que quienes se fían de él acaban más pronto que tarde por ser traicionados.
¿Cuál es el problemón al que inicialmente se refirió Ayuso como problemón, el que inmediata y ridículamente minimizó el quiero y no puedo de Casado y del que Ayuso finalmente se reafirmó como problemón? Que el felón le está haciendo cómplice. Pedro Sánchez le va a presentar unos indultos empaquetados en el Consejo de Ministros, con el lacito del Ministro de Justicia pero con la oposición de la Justicia, con la firme, pública y mediática intención del separatismo de convocar otro referéndum de autodeterminación y con la manifiesta intención de los partidos políticos a los que pertenecen los sediciosos y malversadores de proclamar unilateralmente la independencia de Cataluña, otra vez.
Cierto es que tiene el deber constitucional de sancionar, pero no es menos cierto que tiene otros deberes constitucionales, superiores sin lugar a dudas en el ranking de deberes, que chocan frontalmente con la trampa que le va a proponer el peor presidente de la historia de España, el cuál pretende que su firma como Jefe del Estado blanquee su pasaporte para estar dos años más en La Moncloa.
Tiene un grave dilema y debe tomar una decisión. Si firma los indultos, los delincuentes abrirán botellas de cava y brindarán por la próxima independencia de Cataluña y el fin de España; también por el fin de tu reinado, y lo sabes. Si no firmas, aparte de tener el apoyo de la inmensa mayoría de españoles que deseamos fervientemente que España siga siendo España, los delincuentes seguirán siéndolo y continuarán cumpliendo las penas que la Justicia sentenció.
Se montará un escándalo impulsado por la progresía y sus medios afines, pero tu conducta la podrás justificar desde la posición patriótica de la negativa a ratificar una tremenda agresión, una más, a la unidad de España. Lo podrás hacer como Jefe del Estado, obligado por la Constitución a mantener la unidad de España, pero también como Capitán General de las Fuerzas Armadas. Los separatistas habrán palpado dónde hay un límite, que hasta ahora no lo tienen claro, y una parte muy importante de españoles te aplaudiremos y desearemos que continúes como nuestro Rey.
Le ruego y animo a que se plante ante la farsa que le van a poner encima de la mesa, a que valore el coste-beneficio de por primera vez no ratificar lo que establece la Constitución, que lo haga precisamente para que el Orden Constitucional salga reforzado, para que pierdan quienes van a por España y a por usted y para que ello sea todo un punto de inflexión en el que avance España y retrocedan sus destructores, entre los cuales está Pedro Sánchez.
Reciba un cordial abrazo.»
Estrella Digital