El primer grupo de españoles y de colaboradores afganos y sus familiares tiene previsto llegar mañana, jueves, a España procedente de Dubái (Emiratos Árabes Unidos) a bordo del avión A400 de las Fuerzas Armadas que les ha evacuado hoy de Kabul.
Es el primero de los vuelos del operativo de repatriación que pretende sacar de Afganistán, además de a los ciudadanos españoles, a decenas de locales que ayudaron a España durante los años que mantuvo su misión militar y de cooperación en el país asiático en tareas como las de traductor.
La aeronave partió esta mañana desde una base militar de Dubái y aterrizó en el aeropuerto de Kabul, donde permaneció poco más de una hora para embarcar al primer contingente, del que forman parte alrededor de medio centenar de personas, según las imágenes ofrecidas por el Ministerio de Defensa.
Del grupo forman parte el personal de la embajada, los seis españoles que residían en el país y una primera tanda de afganos y sus allegados, entre los que hay cónyuges, hijos, padres, hermanas solteras y otras allegados en situación de dependencia.
En Dubái aguardan otros dos aviones A400M, uno de ellos medicalizado, para proseguir con las labores de repatriación en cuanto puedan volar a Kabul, cuyo aeropuerto está bajo control del Ejército de Estados Unidos, aunque con una operatividad limitada debido a la inseguridad generada por la toma del poder por parte de los talibanes desde el pasado domingo.
Se estima que son varios centenares de personas las que España pretende trasladar, por lo que serán necesarios varios vuelos para completar la operación.
El embajador en Afganistán, Gabriel Ferrán Carrión, y varios agentes de seguridad y militares permanecen en Kabul para coordinar los grupos.
Algunos de los intérpretes afganos incluidos en la lista están teniendo dificultades para llegar al aeropuerto con sus familias debido a los controles armados que los talibanes han desplegado en las inmediaciones.
El alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha asegurado que ante la dificultad para llegar al aeródromo, es preciso el diálogo con los talibanes para poder entablar corredores seguros.
«Inevitablemente, habrá que buscar también la colaboración de los talibanes, porque son los que controlan las vías de acceso al aeropuerto. Habrá que hablar con el nuevo poder en Kabul, nos guste o no nos guste», ha asegurado Borrell en declaraciones a EFE.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha confiado en que la evacuación de los españoles y los colaboradores locales se desarrolle con «la máxima seguridad».
Sánchez ha seguido la ruta del primer avión en contacto telemático con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y la de Defensa, Margarita Robles.
Para supervisar la repatriación y la acogida de los refugiados, el jefe del Ejecutivo ha constituido un grupo de trabajo en el que participan cinco ministerios -Asuntos Exteriores, Defensa, Interior, Sanidad y Migraciones-, que se va a reunir mañana, jueves, por videoconferencia bajo la coordinación del titular de la Presidencia, Félix Bolaños.
Sánchez ha distribuido en Twitter una foto de su charla con Albares y Robles en la que es su primera aparición pública desde que estalló la crisis afgana, que ha coincidido con su estancia veraniega en Lanzarote.
El líder del PP, Pablo Casado, ha vuelto a exigir al presidente del Gobierno que «dé la cara» como han hecho otros mandatarios europeos.
Diversos dirigentes populares se han sumado a las críticas al jefe del Ejecutivo. «El silencio es su marca», le ha reprochado el vicesecretario de Participación, Jaime Olano.
El portavoz nacional de los populares y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almedia, le ha reconvenido por aparecer en «alpargatas» en la foto de su tuit: «En verano, tampoco vamos a ponernos zapatos, que uno se estresa».
También desde Cs se ha censurado a Sánchez por no interrumpir sus vacaciones, según la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís.
«Todos tienen derecho al descanso vacacional, pero lo de Afganistán es algo muy grave. Todos los líderes lo están viendo así e interrumpiendo sus vacaciones, saliendo a rendir cuentas y explicar la posición del país en ese sentido. Todos menos uno, nuestro presidente», ha lamentado Villacís.
Bolaños ha rogado no atacar al Gobierno en un tema tan sensible como el de Afganistán: «No pedimos ayuda a la oposición, sabemos que no nos la va a dar. Le pedimos un mínimo de sentido de Estado y que lo que digan sea verdad. Nada más, no parece difícil».
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