Urkullu se refiere así, a través de las redes sociales, al reciente apoyo de Sortu a los recibimientos que se hacen a los presos de ETA, el último el pasado lunes en el barrio bilbaíno de Santutxu al terrorista Agustín Almaraz, que ha salido de la cárcel tras cumplir 25 años de pena por cuatro asesinatos.
Este recibimiento ya fue denunciado por los gobiernos nacional y vasco, varios partidos y asociaciones de víctimas, mientras que Sortu, partido integrado en la coalición EH Bildu, considera que el objetivo de los que se oponen a los «ongi etorris» es «imponer un único relato de vencedores y vencidos».
Sortu asegura que la salida de prisión de cada recluso de ETA es un hecho que «acerca a la paz» y advierte de que «difícilmente se construirá la convivencia imponiendo al otro lo que debe o puede hacer».
«Estas son actitudes repulsivas», ha dicho el lehendakari, quien se ha mostrado partidario del diálogo pero a la vez ha exigido «una valoración y un reconocimiento del daño injusto causado».
Urkullu destaca la necesidad de compartir una base ética «que destierre para siempre estas actitudes que violan los esfuerzos por una convivencia integral» y añade que lo fundamental es construir una sociedad desde la base firme de unos principios y valores compartidos.
En el mismo mensaje que ha difundido sobre los recibimientos a etarras, el lehendakari condena los incidentes ocurridos esta madrugada en Bilbao, donde cuatro jóvenes han sido detenidos por agredir y rodear a los ertzainas que fueron a identificarles por haber incumplido de forma reiterada las normas sanitarias anticoronavirus.
Hace referencia asimismo a los incidentes de la madrugada del pasado domingo en San Sebastián, donde hubo 15 detenidos y daños en diferentes comercios, unos hechos condenados en una declaración institucional que suscribieron todos los grupos municipales excepto EH Bildu, que elaboró su propio texto expresando su «más enérgico rechazo a los actos vandálicos».
Para el lehendakari, «no hay lugar a palabras ni conceptos que, además de distraer la verdadera causa y responsabilidad, suponen una ofensa al sentido común y a la dignidad de la mayoría de la sociedad vasca». EFE
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