A pesar de que prácticamente todos los grupos parlamentarios han mostrado su repulsa a los homenajes o recibimientos a presos de ETA, el debate de una iniciativa de Ciudadanos para prohibirlos ha mostrado una vez más la brecha que existe en el Congreso sobre este asunto.
La proposición no de ley -que se votará el jueves y no saldrá adelante de acuerdo con la posición avanzada por cada grupo- aspiraba a instar a los delegados del gobierno en País Vasco y Navarra a prohibir los «ongi etorri» y a que se cese a aquellos que los permitan.
El diputado Miguel Gutiérrez, autor de la iniciativa, ha subrayado que actos de ese tipo son impensables en ningún otro lugar de Europa y ha pedido que se acometan los cambios legales necesarios para que las calles del País Vasco no sean «un santuario» para terroristas.
Ciudadanos y el PP han pactado un texto, también apoyado por Vox, UPN y Foro, que apostaba por usar la ley de Seguridad Ciudadana, la conocida como «ley mordaza», contra estos homenajes, pero será rechazado por la mayoría de la Cámara.
El PSOE lo hará porque Interior trabaja desde hace meses en un cambio legal para perseguir los actos por la vía administrativa, mediante multas y sanciones, toda vez que por la vía penal son los jueces los que examinan cada convocatoria y deciden si se prohíbe o no, como ha recordado el diputado del PNV Mikel Legarda.
La diputada socialista Sonia Ferrer ha recalcado que esos actos les «repugnan» y que van a acabar con ellos, como hace diez años con ETA, pero con los instrumentos legales adecuados. Y ha recordado al PP que, por mucho que ahora señale al Gobierno, fue en su etapa al frente del Ejecutivo cuando más homenajes se hicieron.
Porque la diputada del PP Ana María Beltrán ha situado al Gobierno tras una estrategia para «blanquear» y convertir en «héroes» a los terroristas, ha afirmado que Navarra y el País Vasco se han convertido «ecosistemas de odio» y que Pedro Sánchez y el ministro Fernando Grande-Marlaska son «pastores de lobos».
Desde Vox, Antonio Salvá, padre de un asesinado por ETA, ha criticado con dureza al PSOE por permitir homenajes que él vive como si abrieran la tumba de su hijo y lo mataran de nuevo. Al PP le ha aplaudido el discurso de hoy, pero le ha recriminado que la «doctrina Bolinaga» es «suya» y aquello supuso una «cuchillada» que le dolió «casi tanto» como el asesinato de su hijo.
Tampoco apoyará el texto Unidas Podemos, cuyo diputado Roberto Uriarte ha emplazado a la izquierda abertzale a acabar ya «con este espanto» y a evitar «cualquier dolor injusto».
Ni lo hará ERC, cuyo portavoz, Gabriel Rufián, ha reprochado a Ciudadanos que impulse este tipo de iniciativas mientras en Madrid permite que se retire una calle a la maestra Justa Freire para homenajear a Millán Astray, al que ha tachado de «asesino, terrorista y fascista».
Tampoco EH Bildu, ha explicado Mertxe Aizpurua, quien ha dicho «entender» y «respetar» el «malestar», «el dolor» y «el sufrimiento» que los «ongi etorri» provocan en las víctimas y, por ello, están dispuestos a «escuchar a todas ellas, a hablar con todas ellas».
«La izquierda independentista vasca no es ajena al dolor de las víctimas; entiende, reconoce y respeta su sufrimiento, el de todas, también el de las víctimas de ETA», ha indicado antes de reclamar el final de la política penitenciaria de excepción.
Estrella Digital