La cita entre los dos socios del Gobierno, el PSOE y Unidas Podemos, para tratar de recomponer la crisis en el seno del Ejecutivo no ha permitido cerrar un acuerdo sobre su principal escollo, la reforma laboral, pero seguirán negociando a partir de una reunión considerada «constructiva» por los socialistas.
Casi dos horas ha durado el encuentro celebrado por los dos equipos negociadores, entre la máxima expectación y en un ambiente político caldeado por declaraciones públicas muy relevantes, como la de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que esta misma mañana constataba el momento «delicado» de la coalición.
Además, Díaz pedía desde Santiago a la «otra parte» del Gobierno, esto es, a los socialistas, que se aclararan ante los mensajes «diferentes» que estaban lanzando respecto a la derogación de la reforma laboral vigente desde que la aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy.
Horas más tarde, el propio jefe del Ejecutivo, en la clausura de un seminario económico en el que ha participado la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, ratificaba que «todo» el Gobierno está «comprometido» con la «modernización de la legislación laboral» y además subrayaba que se hará «como se hace en Europa», es decir, «con diálogo social y con vocación de consenso».
No ha participado esta tarde la ministra de Trabajo en la mesa de seguimiento del pacto de Gobierno que ha tenido lugar en el Congreso de los Diputados, aunque sí su jefe de Gabinete, Josep Vendrell y el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez.
Unidas Podemos ha estado representada por su secretaria general, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, la titular de Igualdad, Irene Montero, y el portavoz parlamentario de la formación, Pablo Echenique.
Por la parte socialista han acudido el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, y la vicescretaria general del partido, Adriana Lasta.
Sin declaraciones declaraciones públicas al terminar la reunión, fuentes de ambas partes han dado algunas pistas sobre su desarrollo, y así han constatado que si bien no ha habido acuerdo respecto a la reforma laboral, han confirmado su disposición a seguir negociando.
Según fuentes socialistas, Lastra ha calificado de «constructiva» la reunión; además, han destacado el «buen tono» en que ha discurrido el encuentro.
Poco más ha contado Unidas Podemos, más allá de certificar ese buen talante en la conversación entre los dos equipos de la mesa y apuntar igualmente que seguirán negociando sobre la reforma laboral.
Porque, eso sí, la formación morada hace hincapié en que para el Ministerio de Trabajo es una «prioridad» derogar la reforma laboral del PP y que su propuesta siempre ha sido clara; «Lo importante es el qué se deroga», han insistido las fuentes parafraseando a Yolanda Díaz.
Otras fuentes parlamentarias de Unidas Podemos han destacado que mientras ellos ha entrado a hablar de «contenidos» el PSOE ha centrado más sus intervenciones en «quién debía estar» en las negociaciones sobre la mesa de diálogo, en referencia al papel que debería desempeñar la vicepresidenta Calviño.
En el trasfondo de este intento por limar asperezas entre los socios del Ejecutivo ha estado la crisis abierta también por la retirada del escaño al diputado de Unidas Podemos Alberto Rodríguez, decidida por la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, a instancias del Tribunal Supremo, que le condenó por atentado a la autoridad.
Sin embargo, hoy no se ha abordado la cuestión, según han confirmado desde este partido, que ha pedido la dimisión de Batet.
Mientras, el parlamentario canario, que ya ha dejado su militancia, está dando los primeros pasos de cara a una batalla jurídica que se prevé larga y que ha iniciado al pedir por carta a la presidenta que le confirme si su «arbitraria» decisión de privarle del escaño fue «personal suya».
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