Así lo ha señalado este miércoles en una entrevista a Ser Catalunya después de que el Gobierno haya zanjado la crisis sobre el alcance de la reforma laboral, con la decisión interna de mantener la derogación conforme a lo ya pactado en el acuerdo de coalición.
«De repente se armó esta polémica porque hubo resistencias por parte de otros actores y también, por supuesto, por parte de nuestro socio de coalición o por algunos sectores de ese socio que no querían que estos planes salieran adelante», ha sostenido Garzón.
El ministro ha asegurado también que la polémica ha sido «un poco extraña» porque «ya estaba acordado que iba a haber una derogación de la reforma laboral»: «Se sabía que el Ministerio de Trabajo venía trabajando en qué puntos había que mejorar y tenía en su cabeza hace mucho tiempo hacia dónde deberíamos ir».
Según Garzón, «evidentemente» ha habido «resistencias», porque «en un Gobierno de coalición no todo el mundo piensa lo mismo», pese a lo cual ha celebrado que finalmente se derogue una reforma cuyo «objetivo no reconocido» fue, ha dicho, «bajar los salarios».
«Recuperar los derechos y apostar por la fortaleza de los salarios y la negociación colectiva es lo que puede impulsar una recuperación no solo más firme, sino más justa», ha subrayado.
Asimismo, ha opinado que es «perfectamente comprensible que la patronal no esté contenta» con la derogación de la reforma laboral que, entre otros, ha dicho, y «fortaleció los mecanismos de coacción de parte de las empresas y facilitó los costes de los despidos».
Por otro lado, se ha referido a las controversias suscitadas tanto por la campaña impulsada por su ministerio para fomentar una reducción del consumo de carne como por el veto a la publicidad de alimentos no saludables en horario infantil y ha asegurado que cuentan con el respaldo mayoritario de la población.
«Las encuestas con las que trabajamos apuntan a, que tanto en la polémica de la carne como muy especialmente en la restricción de la publicidad de alimentos dirigidos al público infantil, la inmensa mayoría de la población está a favor de nuestra medida. Los que no están a favor son una serie de poderes económicos que han vivido muy bien de este ‘statu quo’ y temen que unos cambios de hábitos de consumo afecten a la cuenta de resultados», ha recalcado. EFE
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