Este nuevo flujo de lava se ha intensificado a partir de las 20.00 horas del jueves, cuando hubo un desbordamiento del lago de lava con material muy fluido y que avanza en tres frentes, pero sobre todo entre las coladas cuatro y siete, en el sector norte de la zona afectada, según han expuesto los portavoces científico y técnico del Plan de emergencias volcánicas de Canarias (Pevolca), Carmen López y Rubén Fernández.
Las otras dos zonas donde hay aporte de lava son los laterales de la colada 4 y en el delta lávico.
Las últimas mediciones indican que la lava ocupa 1.048 hectáreas, siete más que la víspera, y el delta lávico ha avanzado 43 hectáreas sobre el mar.
Los demás parámetros del volcán han dado un respiro en este día en que se cumplen dos meses desde la erupción: la sismicidad intermedia ha disminuido, la sismicidad profunda se mantiene, el tremor sigue en niveles bajos y prosigue la tendencia a la disminución de la deflación, aunque ha habido una deformación local en una de las estaciones de cuatro centímetros.
El terremoto más importante de las últimas horas se ha registrado a 36 kilómetros de profundidad a las 01.08 horas, con una magnitud de 5.1, la más alta desde el comienzo de la crisis volcánica, y una intensidad máxima de cuatro.
Las emisiones de dióxido de azufre se mantienen también en niveles parecidos a los del jueves, con entre 17.000 y 26.000 toneladas diarias.
La mejora de la calidad del aire ha permitido las clases presenciales en los centros educativos del Valle de Aridane y también el acceso de vecinos y agricultores a la zona de exclusión y de los trabajadores de las desaladoras y los que construyen la nueva carretera de acceso a Puerto Naos.
Las edificaciones dañadas por el volcán son 2.731, según el recuento del sistema de satélites europeo Copernicus, de las que 2.616 han sido destruidas y 115 afectadas parcialmente.
La lava ha arrasado 314 hectáreas de cultivos, de ellas 187 de plataneras, 59 de viñas y 24 de aguacates.
Mientras los científicos y técnicos monitorizan la actividad del volcán, La Palma registra una notable actividad política este viernes con la séptima visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y con la vista de las instituciones puesta en la ayuda a los damnificados, evitar un éxodo de población y poner las bases de la reconstrucción de la isla cuando la erupción concluya.
Las instituciones están de acuerdo en que La Palma posvolcán sea una isla «referente de sostenibilidad», capaz de arraigar a la población afectada.
Así lo han expresado este viernes tanto el presidente del Cabildo palmero, Mariano Hernández, el presidente canario, Ángel Víctor Torres, y la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera.
El Gobierno canario ha autorizado en un decreto la instalación en suelo público de las viviendas prefabricadas en las que se dará cobijo provisional a los vecinos que hayan perdido su única casa, para que se mantengan en los barrios y comarcas que habitaban antes de la erupción.
Las instituciones quieren ofrecer «respuestas estructurales» y una reconstrucción que sitúe a la isla en «niveles de excelencia en todos los frentes, a veces, repensando infraestructuras de agua o transporte y distribución eléctrica o rediseñando la movilidad», ha dicho la ministra.
Tras dos meses de erupción, los daños superan los 906 millones de euros en afecciones públicas y privadas, incluidos los costes de intervención de las administraciones autonómica, insular y local pero sin contar aún los daños en las infraestructuras eléctricas, las afecciones a bienes e infraestructuras del Estado ni el coste de intervención de la administración central. EFE
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