Tras más de dos años de obras, ruidos y polvo este punto de encuentro de la capital vuelve a estar disponible para el público, aunque con un aspecto muy diferente al que tenía antes de su reforma.
La inauguración de la renovada plaza pondrá fin a un largo camino de siete años, un proyecto cuyos orígenes se remontan al mandato de la alcaldesa Ana Botella, que cogió impulso bajo la égida de Manuela Carmena y donde finalmente cortará la cinta el actual regidor, José Luis Martínez-Almeida.
A solo 48 horas de la inauguración por las autoridades de la capital, la actividad es frenética y decenas de obreros trabajan contra reloj colocando placas de granito, eliminando escombros y vaciando sacos de cemento sin parar.
No son pocos los curiosos que se paran con su cámara de fotos o el móvil para inmortalizar la transformación de la emblemática plaza, aunque otros simplemente se asoman a través de las vallas para tratar de ver con algo más de detalle cómo está quedando.
El monumento a Miguel de Cervantes sigue presidiendo la plaza, de la que han desaparecido las barreras arquitectónicas, pues ahora todo queda a ras de suelo, excepto en el lado de poniente, donde se han instalado escaleras para salvar el desnivel con la Cuesta de San Vicente.
Sin embargo, ya no está la fuente que había frente al Edificio España y su lugar lo ocupa una enorme explanada de granito, rodeada de varias zonas de césped separadas entre sí y de varias farolas de grandes dimensiones revestidas de láminas de madera.
En un lateral, junto a la Torre de Madrid, se ha instalado una gran caseta con techo y paredes verdes que funcionará como cafetería con terraza, y sobre la que se colocarán enredaderas y plantas para que cubra su estructura.
Justo en el otro lado, en la esquina con la Gran Vía, con motivo de las fiestas navideñas, el Ayuntamiento ha colocado un gran abeto natural, a modo de árbol de Navidad, que emula al que se coloca anualmente en el Rockefeller Center de Nueva York.
La otra mitad de la plaza, la más próxima a los Jardines de Sabatini, ofrece un contraste muy diferente: bancos nuevos y columpios hechos con neumáticos y esculturas metálicas de arte moderno.
Las calles Bailén y Ferraz han quedado unidas a la plaza a la misma altura y el descenso a la cuesta de San Vicente puede hacerse o bien por unas escaleras, o bien por dos ascensores cuyas puertas de acceso recuerdan en parte al templete de Antonio Palacios de la Red de San Luis.
Sobre la remodelación de la plaza, que poco tiene que ver con la anterior, hay opiniones para todos los gustos.
“Para mi es una obra surrealista. Han destruido las barandillas que había junto a los Jardines de Sabatini. Y los juegos que han puesto para los niños, a pleno sol. ¿Y en verano qué? Cruzas y es un páramo”, asegura a Efe Pilar Carpio, arquitecta y residente en las inmediaciones de la plaza de España.
Por contra, otras vecinas de la zona como María Gómez señalan que la plaza “está bastante mejor que antes”, aunque lamenta que “no tenga más zonas verdes”.
“Vamos a esperar a ver cómo queda la obra definitiva. Al menos es más agradable para el peatón”, opina.
Los comerciantes, por su parte, creen que la remodelación puede ser buena para revitalizar la zona, si bien reconocen que las molestias ocasionadas han influido negativamente en sus ventas, ya diezmadas por la pandemia.
“Es verdad que nos ha afectado bastante, hemos tenido un 40 % menos de clientes. La gente ha dejado de venir por las obras. Aunque pensamos que sucederá lo mismo que pasó tras la finalización de Madrid Río, acabará llegando más clientela”, manifiesta a Efe Juan Carlos Martínez, director del restaurante Dudua Palacio, en la cuesta de San Vicente.
Muy cerca de allí tiene su quiosco de prensa Benito San José, que dice a Efe que sus ingresos han caído un 80 % con la obra.
“Se me caducaron hasta los chicles. Han sido meses muy duros, pero ya se va acabando. Creo que ha quedado muy bien, sobre todo para los turistas”, considera.
El proyecto de remodelación fue ideado en el mandato de Manuela Carmena (2015-2019), tras un concurso internacional de ideas que se sometieron a votación ciudadana y que culminó con la elección del proyecto ‘Welcome Mother Nature’, uno de los más valorados en la consulta pero no el que obtuvo más respaldo popular.
Las obras comenzaron en febrero de 2018 y continuaron con el actual Gobierno de José Luis Martínez-Almeida, pero se fueron retrasando por problemas de burocracia administrativa y el hallazgo de restos históricos del siglo XVI en la calle de Bailén. EFE
Pablo Torres Yébenes