Cuatro de esos temblores han superado la magnitud 3 y mayoritariamente se han localizado a profundidades entre los 20 y los 38 kilómetros.
Aunque en las primeras horas de la mañana se han incrementado los terremotos en profundidades intermedias, entre los 12 y los 14 kilómetros.
El de la actividad sísmica es uno de los indicadores que atienden los científicos para diagnosticar el estado de salud de la erupción volcánica.
Los otros son el tremor, que se mantiene en valores medios bajos, las emisiones de dióxido de azufre, en tendencia descendente aunque con altibajos, y la deformación superficial, estable desde hace varios días.
Entretanto, la lava sigue manando del volcán en Cumbre Vieja y según el último cálculo del sistema europeo de satélites Copernicus la superficie afectada asciende a 1.094 hectáreas, mientras que han sido destruidas 2.695 edificaciones. EFE
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