En una nota de prensa, el grupo asegura que la toxonomía verde «no es una cuestión baladí» porque servirá de instrumento «para contar con referencias comunes que puedan ser usadas con inversores para lograr la descarbonización de la economía».
Por ello, asegura que a la hora de considerar «verde» determinada actividad económica, sector o tecnología ha de tenerse en cuenta no solo su contribución a mitigar el cambio climático, sino también «el respeto al principio de no causar daño ambiental significativo».
En este sentido han recordado el accidente en la planta japonesa de Fukushima Daiichi -«el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986»- provocó emisiones y vertidos radiactivos que hicieron que unas 70.000 personas que vivían en torno a la central sigan aún evacuadas y causó además importantes daños en la agricultura, la pesca y la ganadería local.
Para la portavoz de los Verdes, Pura Peris, «considerar a la energía nuclear como ‘verde’ es un chiste de mal gusto, una propuesta inaceptable que responde a las presiones del ‘lobby’ nuclear que busca mantener sus costosas y peligrosas centrales nucleares en marcha».
«No todo vale en la lucha contra el cambio climático y la apuesta fundamental debe ser por poner en el centro a las personas», ha afirmado Peris que ha propuesto acercar la producción a los centros de consumo, implantar un modelo energético basado en la gestión eficiente de los recursos e invertir en el autoconsumo energético y en energías renovables. EFE
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