viernes, noviembre 22, 2024
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Villarejo ante sus muestras de cansancio:»vaya imagen estoy dando»

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El excomisario José Villarejo ha dado muestras de cansancio en su cuarto día de declaración en el juicio por tres piezas del caso Tándem y por ello el tribunal ha accedido, a petición de su abogado, a posponer la conclusión de su interrogatorio y le ha dispensado de tener que permanecer en la Sala para poder descansar.

«Se lo agradezco señoría. Vaya imagen que estoy dando», se ha disculpado Villarejo, de 70 años, al agradecer la decisión de la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, que ya acordó el martes tomarle declaración únicamente en sesiones de mañana tras haber alegado que se encontraba «extremadamente cansado» y que, después de declarar tres horas y media el día anterior, le había subido la tensión arterial.

Durante el interrogatorio al que este jueves le han sometido las defensas de los diferentes acusados en las tres piezas que se juzgan (Ron, Land y Pintor), ha sido patente la fatiga mental del acusado, que se ha mostrado confuso y desconcentrado a la hora de responder.

Una falta de concentración que ha aumentado después de que en un momento dado, y para fijar las fechas de las que se estaba hablando, la presidenta del tribunal le preguntara en qué año nació la hija que tiene con su mujer Gema Alcalá, que se sienta también en el banquillo por estos hechos.

Tras quedarse pensativo unos minutos, Murillo le ha preguntado si no recordaba la edad de su hija.

«Ay, mi mujer me va a matar», ha dicho, y tras dudar unos instantes ha respondido: «Ahora tiene 13 años… en 2008, señoría».

«La dejé con nueve años cuando entré en prisión y la he encontrado que no la conozco», ha dicho visiblemente emocionado para justificar su olvido.

Tras responder a las preguntas de los demás abogados defensores, después del receso iba a ser el turno de su abogado para interrogarle, pero el cansancio de su cliente se lo ha impedido y ha quedado pospuesto su interrogatorio para la próxima sesión.

Muchas de las preguntas que le han sido formuladas durante esta jornada las había ido contestando al ser interrogado por el fiscal, por lo que la presidenta ha tenido que cortar muchas de ellas por «reiterativas».

Al ser preguntado por el abogado de su socio Rafael Redondo, ha sostenido que los empleados de su empresa, Cenyt, desconocían su condición de policía y que solo lo supieron cuando le dieron una condecoración en 2008.

También ha limitado las funciones que ejercía su mujer y después su hijo José Villarejo Gil como administradores de la empresa y ha explicado que les puso para que se hicieran cargo del negocio si a él le pasaba algo en uno de sus viajes.

En cuanto al excomisario Enrique García Castaño, exjefe de la UCAO, ha dicho que él sí sabía que era policía y agente CNI, y ha apuntado sobre este, conocido como el Gordo: «Tenía más relaciones que yo y más permanentes con el CNI».

«Mis vínculos con los servicios de inteligencia han sido de amor odio, he tenido rifirrafes, pero tengo una gran admiración por la mayoría que integra el CNI», ha expuesto.

A la defensa de García Castaño, que ejerce una abogado del despacho del exjuez Baltasar Garzón, ha corroborado la afirmación que hizo el ex número 2 de la Policía Eugenio Pino, también imputado en Tándem, cuando declaró que se había dado orden de que se colaborara Villarejo porque llevaba temas sensibles.

«Efectivamente esas eran las instrucciones», ha asegurado.

También ha sostenido que nunca tuvo acceso a bases de datos policiales y, al ser preguntado por el tráfico de llamadas utilizado en alguno de los proyectos de espionaje que se juzgan, ha explicado: «Probablemente en algunos momentos pudo colaborar directamente conmigo algún responsable de seguridad de alguna empresa de telefonía».

A este respecto ha añadido que en 2004, en los atentados del 11-M, se dirigió al responsable de Amena u Orange, «no recuerdo cuál».

Al haberse interrumpido el interrogatorio de Villarejo, el tribunal ha ido llamando a declarar a otros acusados.

Uno de ellos ha sido el detective Gervasio Cañabate, vinculado al CNI y al que el abogado de Villarejo ha preguntado sobre si cuando estuvo destinado en Colombia llegó a conocer la intervención del excomisario para recuperar unas grabaciones de jueces y fiscales españoles con menores en Cartagena de Indias y que se había hecho por los servicios de inteligencia colombiano por orden de la DEA.

«No voy a contestar ninguna pregunta relacionada con mi anterior trabajo», ha respondido tajante Cañabate, que ha admitido que actuó de enlace con la Fiscalía de Colombia.E

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