La reforma fiscal ha vuelto a tensar la coalición del Gobierno a cuenta de la reforma fiscal, que Podemos se ha apresurado a plantear sin esperar al informe de expertos y sin contar con su socio socialista, que lo ha calificado de «inoportuno», en palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
El tema colea desde la semana pasada cuando Podemos registró en el Congreso una proposición no de ley para abordar una reforma fiscal «justa» con el objetivo de que las rentas más altas cotizaran por lo que el partido morado considera que deben hacer y que el lunes presentaron en un acto con el exlíder laborista Jeremy Corbin.
A Hacienda ya no le sentó bien que registraran la iniciativa parlamentaria porque lo vieron como una falta de respeto y un intento de los morados de volver a marcar la agenda al PSOE en este nuevo ciclo electoral, según señalaron fuentes del Ministerio, y hoy la ministra ha tachado esta propuesta de «inoportuna», reprochando a Podemos que se hayan adelantado y no hayan esperado «una posición única de todo el Ejecutivo».
Una posición que está pendiente de un informe que han encargado a un comité de expertos y que tiene de plazo hasta finales de mes
No ha tardado en contestarle la líder de esta formación, Ione Belarra, reivindicando, en primer lugar, que Podemos forma parte del Gobierno de coalición y lo que han hecho ha sido poner sobre la mesa su propuesta y, en su opinión, lo que es «inoportuno» es que en plena recuperación económica, los trabajadores y las pequeñas y medianas empresas paguen el doble de impuestos que las grandes empresas.
«Eso es una enorme injusticia y también absolutamente inoportuno, por lo que la reforma fiscal es urgente y que todos participemos en la misma», ha replicado Belarra a la titular de Hacienda.
Mientras tanto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha quitado hierro a este nuevo choque en la coalición por la reforma fiscal, que se suma a los pulsos que ya han mantenido con la reforma laboral, la ley de vivienda o la ley trans, entre otros, y ha dicho que la salud del Ejecutivo de coalición «está blindada».
También ha dado por hecho que la estabilidad de la legislatura «está garantizada» pese a las dificultades que están teniendo para sacar leyes adelante, como la reforma laboral, salvada el jueves por el error de un diputado del PP.
Y precisamente las dos partes del Ejecutivo mantienen igualmente diferencias sobre los socios legislativos, ya que los morados insisten en pactar todo con los socios de investidura e ignorar a Ciudadanos, mientras que el PSOE no quiere prescindir de esa pieza.
Para la reforma fiscal, que está contemplada en el pacto de coalición, Podemos ya está tendiendo todos los puentes con ERC y EH Bildu, a los que invitó en la presentación de esta propuesta para ir reconstruyendo esas mayorías.
Entre las medidas que plantean, incluyen transformar el impuesto de patrimonio en un impuesto a las grandes fortunas y que a partir de un millón de euros tributen entre el 2 y el 3,5 por ciento; eliminar los paraísos internos, en alusión a la Comunidad de Madrid, y acabar con «la anomalía» que supone que las grandes empresas paguen de media un 7 % en impuestos frente al 16 % de las pymes y el 15 % de los trabajadores.
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